Las patatas y los huevos son un comodín ideal para nuestro día a día. Juntos forman el plato perfecto (la tortilla de patatas siempre será el amor de nuestra vida), y por separado son tan versátiles que pueden ser el centro de nuestros platos de mil maneras.
Las patatas, por ejemplo, son la guarnición perfecta. No solo hablamos del clásico puré de patatas, las patatas fritas (en DAP nos dan un par de trucos para que siempre queden bien) o de las menos conocidas pero igualmente deliciosas patatas a la importancia.
Hay tantas recetas de guarniciones con las patatas como protagonistas que haciendo un listado de las recetas, nos saldrían centenares. Hoy te proponemos unas originales hash browns, una especie de pastelitos de patatas que se convertirán en tu guarnición estrella.
Tienen origen inglés, y tanto norteamericanos como ingleses las sirven en cualquier momento, ya sea con el desayuno (si el desayuno inglés es too much para ti, te damos algunas ideas de desayunos ligeros y sanos) o para acompañar una hamburguesa.
No creas que vas a encontrar una receta complicada, al contrario, es tremendamente sencilla. Comenzaremos pelando las patatas y rallándolas con un rallador grueso. En El Corte inglés tienen uno especialmente práctico que tiene caja con el que mancharemos mucho menos y que cuesta 5,95 euros. Podríamos hacerlo con un robot de cocina pero no es imprescindible, ya que con el rallador queda estupendo.
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Una vez rallada la patata, hay que escurrirla. Lo mejor es hacerlo con una malla o colador de tela, las típicas que usan para hacer leche de avena en casa, pero podemos usar un paño de cocina limpio. Metemos dentro las patatas y apretamos fuerte hasta que pierda la mayor cantidad de agua que podamos, como haríamos como el pepino al hacer el tzatziki.
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Es el momento de mezclar todos los ingredientes en un bol: la patata escurrida, el huevo, la harina y un poco de sal. Removemos bien hasta conseguir una mezcla homogénea y vamos echando cucharadas de masa en una sartén antiadherente en la que habremos echado un poco de aceite de oliva.
Ya en la sartén, aplastamos cada porción de masa con una cuchara, como si fueran pequeñas tortitas. Freímos por ambos lados hasta que estén dorados y servimos caliente. Junto con un buen pan (puedes fichar aquí las mejores panaderías artesanas de Madrid), será el complemento ideal para cualquier plato, desde un pollo asado hasta una merluza a la gallega. Bon appetit!
Si quieres una idea más de patatas originales para tus guarniciones, prueba a hacer estas patatas hasselback, porque son más fáciles de lo que parece y solo necesitan un poquito de paciencia como muestra el vídeo:
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