Cinco razones por las que la generación millennial y zeta está hablando de 'Una joven prometedora'

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Cada semana, Cassandra Thomas, va a un club, hace como que está tan borracha que se cae y, cada semana, se acerca un buen chico a preguntarle si está bien. ¿El objetivo? Darle una lección a aquellos cuya intención real sea aprovecharse de la situación para propasarse. Así, Una joven prometedora sigue las hazañas de una mujer que lleva una doble vida para vengar la agresión sexual de su mejor amiga. Un thriller que se vale del humor para descargar la tensión de abordar un problema tan serio como la violación y que está arrasando en la temporada de premios tal y como se merece. Lo sabemos porque la hemos visto y te queremos contar por qué no deberías perdértela.

Una joven prometedora llegaba a la cartelera española el pasado viernes con el sello de aprobación que dan cinco nominaciones a los Oscar, incluyendo Mejor película, directora, actriz protagonista y guión original. Para conocer el resultado habrá que esperar hasta el domingo pero, quien redacta estas líneas, ya os adelanta que se los daría todos. Así como los Globos de Oro, BAFTA y la larguísima lista de premios a los que ha aspirado en 2021.

Con la pandemia, os diré que hacía tiempo que no acudía a una sala de cine tan llena (respetando las normas de distanciamiento social y aforo, eso sí) como en el día del estreno de esta película. Además, solo hacía falta echar un vistazo a la sala para darse cuenta con sorpresa de que la media de edad era, también, bastante baja. Después me sobrecogió sentir cómo las risas frecuentes se iban congelando paulatinamente a medida que la historia avanzaba, aunque siguiera habiendo buenos chistes. Cuando las luces se encendieron, ya con el suelo pegajoso de los refrescos y las palomitas, hubo lágrimas pero también aplausos.

promising young woman

Según datos del Ministerio del Interior, una mujer denuncia abusos sexuales o agresiones sexuales cada ocho horas en España. Así que sí, es una película que remueve mucho pero también necesaria. Y es que, según los expertos, uno de los motivos que explican por qué la tendencia de las denuncias para las agresiones y otros tipos de delitos contra la libertad e indemnidad sexual es creciente sería la mayor conciencia social. Es decir, cuanta mayor es la visibilización del acoso y la violencia, más se pierde el miedo y la vergüenza a pedir justicia.

Estas son las claves con las que desmonta todos los resortes de la cultura de la violación, en solo 113 minutos, el debut como directora de la guionista de Killing Eve, Emmeral Fennell. Con la actriz Carey Mulligan al frente y una escena musical con la infravalorada Stars Are Blind de Paris Hilton, que es ya historia del cine.

La importancia del título

El título es indisociable del contenido, así que en España se ha traducido literalmente del inglés: Promising Young Woman, que le da la vuelta a "promising young man". Esta es la frase que suele escucharse a menudo en la prensa estadounidense cuando se cubre un caso mediático de violación en un campus. Hace referencia a cómo se pone el foco en el futuro brillante de unos acusados (buenos estudiantes, atletas...) que se ve comprometido por la acusación de una estudiante cuyo destino, se olvida, es el primero que queda trastocado por las secuelas.

La película parte, por lo tanto, de un problema muy concreto de Estados Unidos pero cuya causa es global. En el país norteamericano, un estudio de la Asociación Americana de Universidades reveló que una de cada cinco jóvenes ha sido víctima de agresiones sexuales. Sin embargo, se estima que más del 80% de víctimas de violación en las campus americanos no denuncian a su agresor. En el caso de Cassie y su amiga Nina, sí hubo denuncia pero el sistema, tal y como refleja la cinta desde el mismo título, no está diseñado para proteger a la persona agredida sino al agresor. De este modo, ellas fueron las que acabaron abandonando la carrera de medicina sintiéndose abrumadas, decepcionadas y desamparadas hasta caer en el olvido.

Anti comedia romántica

Una de las maravillas del guión es que está perfectamente atado. Se propone no dejar títere con cabeza en materia de factores que perpetúan la cultura de la violación y les pega un buen repaso. Si no lo habías escuchado hasta ahora (o no sabías muy bien a que se refiere), "cultura de la violación" es un término que se usa para describir cómo este problema y delito es normalizado en la sociedad a través de determinados comportamientos como la cosificación, la aceptación de dominación del hombre sobre la mujer, la erotización de la violencia sexual, la culpa a la víctima o el temor a la estigmatización de estas y sus familias...

El cine mismo es un canal muy importante de transmisión de estos valores. Por mencionar algunos ejemplos, tenemos las afirmación en Virgen a los 40 de que "hay que buscar tías muy borrachas", el "acuéstate conmigo porque estoy mal, no seas egoísta" de Los dos lados de la cama o incluso cuando en A tres metros sobre el cielo el personaje de María Valverde le pide al de Mario Casas que no la observe mientras se desnuda y este hace caso omiso.

Mezclando el thriller de venganza con la comedia romántica, Emerald Fennell le da la vuelta a los mecanismos de este último género para desmontar los mecanismos mediante los que nos ha convencido, en muchas otras ocasiones, de que la insistencia de un hombre a la hora de conseguir una cita con una mujer que ya le ha rechazado es mona y no una posible red flag o que fingir que que habéis pasado casualmente por su casa para invitarte a subir no es una forma sutil de ejercer presión.

Promising Young Woman Carey Mulligan 05

Se ayuda para ello de una banda sonora de lujo que incluye hitazos de estrellas pop como Britney Spears, las Spice Girls o la propia Hilton que son símbolos de cosificación e hipersexualización y en cuyas letras (muchas escritas por hombres) también pueden encontrarse referencias a la cultura de la violación. Aunque, como todo en esta película, su uso tiene un sentido de resignificación. Ojo a esa versión instrumental de Toxic con violines afiladísimos que parecen decir "tenme miedo" sin usar palabras.

¿De verdad eres "buen tío"?

A menudo en el cine y la televisión, las violaciones son perpetrados por personajes planos, creados para ser villanos fáciles de odiar por el público. Sin embargo, en Una joven prometedora la amenaza no está representada por el mito de una anomalía de la sociedad sino por la norma. Gente que, como en la vida real, forma parte del día a día. De hecho, las estadísticas dicen que la mayoría de violadores son conocidos u hombres con el que, en principio, la víctima quería mantener un encuentro sexual.

Es decir, hombres que no son depredadores sexuales en la sombra sino que gustan e incluso son admirados en la sociedad, lo que ayuda a construir una mentalidad colectiva que excusa su comportamiento y responsabiliza a la víctima. En este caso, los señalados son médicos y hombres considerados, por ellos mismos y por los demás, como "buenos tíos". Sin embargo, Cassie es un espejo que les va a obligar a preguntarse si realmente lo son. Al igual que a los espectadores.

Ser mujer no te excusa de ser cómplice

No obstante, la película tiene para todos y el género masculino no es el único señalado como perpetuador de la cultura de la violación. Las mujeres, y todas aquellas personas del entorno de la víctima, que miran para otro lado, consideran que ellas se lo han buscado poniéndose en una situación vulnerable o que incluso estaban presentes en el momento de la agresión pero "solo miraban", también tendrían su parte de responsabilidad como cómplices.

promising young woman

El casting elegido para dar vida a estos personajes refuerza la idea de cuestionar a quienes consideramos miembros respetables de la sociedad más allá de las apariencias e ideas preconcebidas. Actores muy queridos y valorados para estos papeles como Alison Brie, Adam Brody, Bo Burnham o Connie Briton dejan su perfil cómico y amable habitual para la ocasión.

La víctima no tiene que ser perfecta

Hombres que intentan abusar de chicas demasiado borrachas como para poder consentir tener relaciones con ellos es el perfil al que busca aleccionar Cassie. Esto se debe, además de porque fue lo que le sucedió a su amiga, porque haber consumido drogas es uno de los principales motivos por el que se suele culpabilizar a la víctima de lo que le ha sucedido.

Entre el 17 y el 20% de las violaciones a mujeres se comete bajo efectos de alcohol o drogas, pero el Código Penal no lo tipifica como agravante para el agresor. De hecho, en muchos juicios, se ha usado como atenuante aprovechando la “amnesia parcial” de la víctima.

Poner el énfasis en las posibles conductas y comportamientos, más que en el delito en sí, lleva implícita la idea de que, para ser tomada en serio y validada como tal, la víctima ha de encajar en un estereotipo en el que son frágiles, se resistieron a la agresión, están visiblemente afectadas y no tienen un historial sexual amplio, entre otras características. Es algo que podemos ver en un caso real como el de La Manada, donde la denunciante fue cuestionada por haber colgado en Instagram la foto de una camiseta que decía "Hagas lo que hagas, quítate las bragas" o ser fan del programa Super Shore.

Una Joven Prometedora 1

Estos sesgos generan barreras para acceder a la justicia al llevar a las víctimas a cuestionar si efectivamente lo fueron o no. No se reconocen a sí mismas como tales y realizan la denuncia mucho más tarde o necesitan un proceso de reparación previo para poder hacerlo.

Eso sí, aunque la película de Fennell es catártica en muchos momentos, al representar la reacción que muchas veces nos hubiera gustado poder llevar a cabo en la vida real ante una agresión verbal o física sexista, te avisamos de que el final no te lo esperas.

Fotos | Una joven prometedora

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