A todas las personas con útero les llega, irremediablemente, la menopausia al fin de su etapa fértil, acompañada de un sinfín de síntomas que lo cambian todo. Sin embargo, esto no ocurre de un día para otro. El cuerpo cambia poco a poco, dando señales de que las ovulaciones están llegando a su fin. Este proceso se llama perimenopausia y casi nadie habla de él. Por eso, vamos a contarte cuándo ocurre, qué sientes cuando ocurre y a desmontar unos cuantos mitos que le rodean.
Índice de Contenidos (22)
- Qué es la perimenopausia
- Diferencia entre perimenopausia, premenopausia y menopausia
- A qué edad llega la perimenopausia
- Cuánto dura la perimenopausia
- Síntomas más comunes en la perimenopausia
- Ciclos menstruales irregulares
- Cambios y picos de humor
- Disminución en la fertilidad y cambios en la salud sexual
- Sofocos y sudores
- Sequedad de la piel
- Pérdida de masa ósea
- Aumento del colesterol 'malo'
- Problemas de memoria y niebla mental
- Problemas del sueño
- Dolores de cabeza y migrañas
- Salud intestinal e inflamaciones
- Mitos de la perimenopausia
- Mito 1: no puedes quedarte embarazada en la perimenopausia
- Mito 2: la perimenopausia ocurre a todas las personas con útero
- Mito 3: la perimenopausia solo afecta a la menstruación
- Mito 4: la perimenopausia es un proceso corto y breve
- Mito 5: la perimenopausia ocurre en mujeres maduras de +40
Qué es la perimenopausia
La perimenopausia es ese periodo de transición de la era fértil a la menopausia. Expertos ginecólogos y obstetras la definen como la etapa en la que los ovarios comienzan a producir menos estrógeno, alterando el equilibrio hormonal de nuestro cuerpo. Esto ocurre porque los folículos ováricos se van agotando.
Por eso, uno de los primeros síntomas de la perimenopausia son cambios en el ciclo menstrual, que se vuelve más irregulares. A ello se suman otros síntomas, como los sofocos, los cambios de humor, problemas para dormir bien, sequedad en la piel y en la vagina, cansancio y muchos otros, que veremos más adelante con atención.
Diferencia entre perimenopausia, premenopausia y menopausia
Como en muchos temas que afectan a la salud reproductiva femenina, existe mucha confusión entre la perimenopausia y la premenopausia. Lo cierto es que ambos términos son utilizados por los médicos como sinónimos y los dos hacen referencia al periodo de transición hacia la menopausia.
Sin embargo, sí que existe una diferencia muy grande y definitiva entre la perimenopausia y la menopausia, confirmado por expertos: en la primera aún hay ciclos menstruales, aunque sean fluctuantes e irregulares. En la segunda desaparecen, considerándose oficialmente menopausia cuando se pasa un año entero sin que venga la regla.
A qué edad llega la perimenopausia
Según los estudios, la edad en la que comienzan a notarse los síntomas de la perimenopausia es hacia los 45 años. Sin embargo, esto puede variar en función de las mujeres, debido a la multitud de condicionantes genéticos que forman parte de este proceso.
Cuánto dura la perimenopausia
Como en el caso de la edad, la duración de la perimenopausia varía en función de la genética y el estilo de vida. Sin embargo, los reportes científicos hablan de una media de cuatro a siete años, aunque se han registrado perimenopausias de hasta 14 años.
Síntomas más comunes en la perimenopausia
La perimenopausia llama a nuestra puerta con una sintomatologia tan extensa como diferente. Por eso, a veces a los médicos les cuesta ubicarla a tiempo. Entre sus síntomas más estudiados están los siguientes.
Ciclos menstruales irregulares
Los ciclos menstruales pueden acortarse a menos de 21 días o alargarse hasta 36 días, según los registros. También se observan muchas fluctuaciones, con meses sin sangrado o sin ovulación, flujos más ligeros y otros más abundantes e incluso un ligero sangrado esporádico. Este sangrado uterino tan disfuncional se debe a la disminución de los estrógenos y la progesterona que ocurre durante la perimenopausia.
Cambios y picos de humor
Durante la perimenopausia se suceden cambios drásticos en los estados de ánimo, que pueden ir desde la irritabilidad hasta la ansiedad o la depresión y todo gracias a las hormonas. Este mal humor, unido a la ausencia de deseo sexual que también ocurre en esta etapa, puede tener graves consecuencias en la autoestima y así lo reportan los expertos.
Esta inestabilidad del ánimo ocurre por un hecho correlativo sencillo: el descenso de los estrógenos y la progesterona disminuye la producción de serotonina, la hormona que regula nuestro humor. Por eso, se recomienda hacer deporte y entrenar para producir más serotonina y liberar estrés, compensando esa bajada hormonal.
Disminución en la fertilidad y cambios en la salud sexual
Durante la perimenopausia te puedes quedar embarazada porque sigues ovulando, pero al tener una ovulación irregular y una bajada de la reserva ovárica se vuelve más complicado y más difícil de prever. Además, en esta etapa previa a la menopausia podemos sufrir cambios en la libido, como mencionábamos en el apartado anterior.
La caída de las hormonas femeninas nos hace lubricar menos, lo que puede provocar molestias, incomodidad e interferir en nuestra excitación y respuesta sexual. Esto, a su vez, afecta a la autoestima y se puede volver un círculo vicioso al acompañarlo de los cambios de humor.
Sofocos y sudores
Los bochornos o golpes de calor son un clásico de esta transición hacia la menopausia y afectan a un 75% de las personas con útero. Aparecen de pronto como oleadas acompañadas de sudor y palpitaciones. Los episodios suelen durar un par de minutos, pero la transpiración puede quedarse una media hora.
Este 'acaloramient0' se debe a las fluctuaciones hormonales de estrógenos, que provocan alteraciones en el control de la temperatura corporal. Además, se ven intensificadas por estrés y malos hábitos, como el tabaco o el alcohol. Por eso, los profesionales aconsejan instaurar hábitos de vida saludables y dietas adecuadas para controlarlos.
Sequedad de la piel
Muchas personas perimenopáusicas reportan cambios e incomodidades en la piel, desde sequedad hasta erupciones y granitos. Este problema está muy vigilado por los dermatólogos, que saben que la bajada de estrógenos puede provocar una disminución de la grasa, del colágeno y de la elastina.
La falta de grasa o sebo hace que la piel se sienta reseca. A eso se suma la pérdida de firmeza y elasticidad por el descenso de colágeno y elastina y los cambios hormonales, que pueden provocar brotes de acné. En definitiva, la barrera de la piel se ve comprometida y hacen falta cuidados dermatológicos específicos.
Pérdida de masa ósea
Hay estudios que reportan que la densidad ósea tiende a descender durante la perimenopausia. No hace falta llegar a una deficiencia completa de estrógenos, la mera disminución ovulatoria ya hace mella en la constitución de nuestros huesos.
Esto ocurre porque los estrógenos son responsables de regular el equilibrio entre la destrucción de los huesos viejos y la construcción de los nuevos. Sin embargo, cuando dichos estrógenos bajan, la destrucción o resorción es más rápida que la renovación ósea, resultando en un déficit.
Aumento del colesterol 'malo'
La caída de las hormonas sexuales puede provocar un aumento del colesterol total, del colesterol LDL (malo) y de los triglicéridos. Por si esto fuera poco, puede disminuir el bueno y favorecer la acumulación de placa en las arterias, lo que incrementa el riesgo cardiovascular. Esto se debe a que los estrógenos ayudan al hígado a gestionar las grasas, disminuyendo sus beneficios cuando estas hormonas van desapareciendo durante la perimenopausia.
Problemas de memoria y niebla mental
La perimenopausia altera nuestro cerebro de muchas formas, desde los cambios de humor y ansiedad mencionados más arriba hasta la famosa niebla mental y problemas de memoria. Los estudios más recientes (2021) lo achacan a cambios estructurales en el cerebro durante la transición menopáusica, notando una reducción en el volumen cortical, en la materia blanca y en el flujo sanguíneo.
Problemas del sueño
Es muy común que las personas perimenopáusicas sufran alteraciones del sueño, tales como insomnio, sueño fragmentado, cansancio, falta de energía y fatiga. Hay varias razones que justifican este incómodo desajuste de nuestros ritmos circadianos: los cambios hormonales, los calores y sofocos que comentábamos antes y pueden interrumpir el descanso y los cambios en el ritmo biológico.
Dolores de cabeza y migrañas
Los dolores de cabeza y las migrañas punzantes pueden aparecer a mitad de los 40 y ser un síntoma de la llegada de la perimenopausia. Se llaman migrañas hormonales y están asociadas a las fluctuaciones hormonales, que alteran los neurotransmisores y los vasos sanguíneos cerebrales, haciéndolos más sensibles al dolor.
Salud intestinal e inflamaciones
Existen evidencias científicas de que la perimenopausia influye en la microbiota intestinal y en la función barrera, dando lugar a un intestino más permeable. Esto se traduce en inflamaciones sistemáticas, digestiones más lentas y molestas, gases.
Además, la bajada de estrógenos tiene un efecto metabólico. La grasa corporal se distribuye de forma diferente, aumentando la masa grasa y disminuyendo la magra, es decir, la muscular. Esta masa grasa se acumula especialmente en la zona del abdomen y eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares, inflamatorias y metabólicas.
Sin embargo, los expertos afirman que este aumento de peso no es solo culpa de la perimenopausia: el envejecimiento, el estilo de vida, la dieta, la actividad física y los factores genéticos también tienen un papel importante en ello. Por eso, recomiendan mantener o incorporar el deporte y el ejercicio de fuerza en nuestra rutina, así como la alimentación equilibrada y el buen manejo del estrés.
Mitos de la perimenopausia
Existe mucho desconocimiento sobre la perimenopausia y esta falta de cultura ginecológica femenina es un buen caldo de cultivo para bulos, mitos y realidades a medias. Te contamos lo que hay de verdad detrás de cada idea confusa.
Mito 1: no puedes quedarte embarazada en la perimenopausia
Falso. Como comentábamos antes, durante la perimenopausia se alteran los ciclos menstruales, pero no desaparecen. Por lo tanto, sigue habiendo ovulación, aunque no tan frecuente. Aunque el embarazo sea menos probable y menos predecible, sigue siendo posible. Por eso, debes seguir utilizando métodos anticonceptivos si no deseas tener un bebé.
Mito 2: la perimenopausia ocurre a todas las personas con útero
Si sigues el proceso natural hacia la menopausia, sí pasaras la perimenopausia. Sin embargo, si sufres una menopausia inducida debido a la extirpación quirúrgica de los ovarios o de un tratamiento contra el cáncer, llegarás a la menopausia sin haber pasado por la perimenopausia.
Mito 3: la perimenopausia solo afecta a la menstruación
Aunque es el signo más notable de perimenopausia, como hemos visto, hay muchísimos otros síntomas que acompañan a esta perimenopausia: sofocos, cambios de humor, metabolismo más lento, problemas de sueño, colesterol, etc.
Mito 4: la perimenopausia es un proceso corto y breve
Este proceso depende de cada persona y es muy variable, pero los estudios hablan de una media de cuatro a siete años. ¿Proceso corto? Depende de con qué lo compares, pero se han registrado perimenopausias de hasta 14 años.
Mito 5: la perimenopausia ocurre en mujeres maduras de +40
Esto, más que un mito, es una verdad sacada de contexto. Si bien es cierto que los reportes científicos afirman que la edad en la que comienzan a notarse los síntomas de la perimenopausia es hacia los 45 años, no siempre ocurre así. Algunas personas pueden experimentarla en la década de los 30, especialmente las que sufren una menopausia precoz a los 45 años.
Fotos | Remy_Loz, Billie, Samuel Regan-Asante, Kateryna Hliznitsova, Klara Kulikova, Victoria Aleksandrova, LinkedIn Sales Solutions vía Unsplash,
En Trendencias | En plena perimenopausia perdió siete kilos siguiendo un entrenamiento de fuerza y poniendo en práctica estos tres cambios mentales.
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