Si eres de los que disfrutan con las tartas de queso pero también del chocolate, este postre no te obliga a elegir. Ambos ingredientes se combinan desde la clásica base de galleta con cacao hasta crema de queso con el inconfundible sabor del chocolate negro. El resultado es una tarta tan original como irresistible. Fácil de preparar, vistosa y con mil posibilidades distintas de decoración al gusto. Es una tarta perfecta, tanto para una cena especial como para darse un capricho cualquier fin de semana.
Como sucede con cualquier tarta con base de galleta, lo primero es preparar dicha base. Para ello, trituramos las galletas con la ayuda de un robot de cocina, batidora o procesador de alimentos. Después, las mezclamos con el cacao y añadimos la mantequilla fundida. Para que se integre todo, volvemos a triturar.
A continuación necesitaremos un molde desmontable de unos 23 centímetros. Lo forramos con papel sulfurizado y colocamos nuestra base presionando con una cuchara para que quede una masa compacta y uniforme. Reservamos la base y pasamos a preparar la crema de queso con chocolate.
En primer lugar, batimos el queso y el azúcar. Después, añadimos los huevos de uno en uno y batiendo bien hasta que obtener una crema homogénea. Mientras tanto, podemos poner a fundir el chocolate negro al baño María y dejar que se temple.
Cuando hayamos completado los dos pasos anteriores, mezclamos unas cucharadas del queso con el chocolate e incorporamos después el resto, removiendo hasta que todo quede perfectamente integrado.
Vertemos la crema sobre la base de galleta y, en un horno previamente precalentado a 150 °C, horneamos durante 45 minutos. Transcurrido este tiempo, retiramos el molde del horno y dejamos enfriar la tarta cubriéndola con papel film. Después, reservamos en el frigorífico durante, al menos, 6 horas.
Cuando llegue el momento de servir, fundimos el chocolate blanco y lo colocamos en una manga pastelera con boquilla lisa para dibujar adornos sobre la superficie de la tarta. Aunque también podemos decorar con grageas de chocolate o añadir frutos secos para un acabado más crujiente. Del mismo modo, podemos darle a la crema un toque más adulto con un poco de licor e incluso podemos probar con distintos tipos de chocolate en la cobertura. Mientras que, para cambiar la intensidad del queso, podemos emplear mascarpone o ricotta.
Foto de portada | American Heritage Chocolate
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