La comunicación en pareja es uno de los pilares fundamentales en los que se asienta cualquier relación de pareja. Por eso usar un lenguaje adecuado con nuestra pareja no solo es importante, es vital si no queremos que la relación se vaya a pique.
Cuando hablamos a otra persona con desprecio, y tal y como afirma en la CNBC la Doctora Cortney S. Warren, psicóloga clínica licenciada en la Universidad de Harvard, es peligroso porque “no sólo ataca el carácter de una persona, sino que asume una posición de superioridad sobre ella”. Y puede que no nos demos cuenta de que lo estamos haciendo, por eso la experta nos avisa de algunas frases tóxicas que indican que la relación no va tan bien como pensábamos.
Te odio
Aunque estemos en mitad de un conflicto y sintamos como nuestras emociones se desbordan, esta frase puede ser letal para la otra persona. Primero porque no es algo que represente la relación de una manera global. Elegimos estar con esa persona porque la queremos, y la afirmación “te odio” solo es un reflejo de un momento emocional que nos sobrepasa y una generalización de sentimientos momentáneos y poco realistas.
Además, según la experta es una expresión que puede generar inseguridad en la otra persona en cualquier otro momento de la relación, y es mejor evitar decirla. Es mejor tomarnos un minuto para respirar y calmarnos, y decir algo como “me está resultando difícil estar cerca de ti en este momento” o no decir nada y tratar de bajar revoluciones a la discusión usando, por ejemplo, la regla de los diez segundos.
Estas loca/o
Además de ser una de las frases que más repiten las personas manipuladoras y que te ayudarán a saber si te están haciendo gaslighting, Este tipo de lenguaje puede llegar a socavar la percepción de la realidad de tu pareja. Podemos expresarnos de una forma mucho más constructiva si vemos que la reacción de nuestra pareja en un conflicto está siendo demasiado explosiva con un “creo que la reacción que estás teniendo ante esta situación la está empeorando”.
No me mereces
Si usamos una frase de este estilo, o “tienes suerte de estar conmigo”, estamos colocando a nuestra pareja en un escalón por debajo de nosotros. Ese lenguaje refleja el desprecio del que hablábamos al principio y tiene efectos sobre la autoestima de nuestra pareja. Es mejor expresar cómo nos sentimos de forma honesta y tranquila, sin necesidad de herir a la otra persona.
No me pasa nada, deja de preguntar si estoy bien
Evidentemente esta frase hace alusión a una respuesta que no es sincera. Es ese “no me pasa nada” cuando en realidad sí te pasa. Esta frase es la peor enemiga de tu relación de pareja y es hora de desterrarla de vuestras conversaciones. Primero porque tendemos a pensar que la persona adivinará por sí sola lo que nos pasa por arte de magia y segundo porque este lenguaje pasivo-agresivo impide que hablemos de los problemas de una forma abierta y directa, con sinceridad.
Como nos explica María Esclapez en su libro “Me quiero, te quiero”, podemos manejar nuestras emociones de otra forma y “gestionar nuestro enfado y comunicarnos de manera asertiva.” Si en ese momento no te ves con ganas de hablar porque estás enfadada, puedes decir algo como “estoy muy molesta ahora mismo, no estoy preparada para hablarlo”. Eso sí, el conflicto hay que hablarlo siempre. No sirve de nada aplazar la conversación si luego nunca se produce.
Eres un mal padre/una mala madre
Como pareja, es posible que conozcamos al dedillo a la persona que tenemos enfrente, por eso esta frase puede atentar de manera directa con sus inseguridades y hacer que la otra persona se sienta realmente mal. La experta asegura que “el lenguaje que explota estas vulnerabilidades no sólo es hiriente: socava la confianza al tomar la debilidad de alguien y usarla para parecer una mejor persona”.
Es mucho mejor hablar de la educación de los hijos desde el prisma de que sois un equipo. Ambos queréis lo mejor para ellos y podemos comunicarnos sin que parezca un ataque directo con un “Creo que esta situación nos está sobrepasando, ¿cómo podemos resolverlos juntos?”.
Eres patético/a
Hemos puesto patético pero podríamos insertar ahí cualquier otro insulto. Cuando insultamos a nuestra pareja y perdemos el respeto, cruzamos una línea a la que es tremendamente complicado volver. Antes de insultar a otra persona, respira profundo y piensa que quieres a la persona que tienes delante, por muy enfadada que estés.
Es normal discutir con tu pareja, pero se puede hacer bien, y resulta más fácil centrarnos en lo que sentimos, que atacar a la otra persona. Por ejemplo, podemos decir algo como “No me gusta cómo manejaste esa situación, me sentí dolida”.
Dependes mucho de mí
Cuando usamos frases como la anterior o “ estás muy necesitado”, estamos diciéndole a nuestra pareja que nos molesta, y que sus necesidades no nos importan. Como sí lo hacen porque es nuestra pareja, podemos pedirle algo de espacio si en ese momento no queremos hablar o no nos apetece algo, pero con cariño, usando por ejemplo “sé que necesitas mi atención, pero ahora mismo estoy agobiada y necesito algo de espacio, ¿
podemos hablar luego?”.
Ya superé esto
Esta frase es tan demoledora como escuchar ese “tenemos que hablar”. Parece que ambas solo pueden augurar el fin de la relación, y eso puede generar cierta inestabilidad en la relación, e inseguridad en tu pareja. Usar un lenguaje amenazante para que la otra persona tenga miedo de que te vayas y reaccione, no es una buena idea. En cambio, podemos afrontar la situación como una oportunidad de avanzar o solucionar algo.
“Necesitamos tener una conversación sobre nuestra relación” es una forma mucho menos dramática e invasiva y con la que demostramos que tenemos la voluntad de hablar y negociar.
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