En cualquier oficina, reunión o espacio de trabajo siempre hay alguien que parece disfrutar provocando a los demás. A veces lo hace con comentarios sarcásticos, otras con actitudes pasivo-agresivas o simplemente buscando discutir por discutir.
Y aunque lo primero que apetece es responder con la misma moneda, hacerlo suele ser justo lo que esa persona quiere. En realidad, la manera en que reaccionas ante una provocación dice mucho más de ti que las palabras que eliges, por ello, saber mantener el control en esos momentos no solo te hace ver más inteligente, sino también más fuerte.
Cuando somos objeto de una provocación, la otra parte está buscando una reacción. Y si caes en ese juego, pierdes tú, no ellos. En entornos profesionales, no siempre puedes evitar a personas pasivo-agresivas, sarcásticas o confrontativas. Pero sí puedes controlar qué haces tú con eso: mantener la compostura no es quedarte callado, es responder sin perder tu centro.
Como lo menciona el creador de contenido @coachsocialmatias, "cuando alguien te provoca, no está buscando una conversación", por lo que nos facilita tres ideas clave para mantener el control sin perder la autoridad.
@coachsocialmatias 🧠 Cuando alguien te provoca, no busca conversar… busca que reacciones. Y si caes en su juego, pierdes tú, no ellos. 💡 Mantener la calma no es callarte. Es responder sin perder tu centro. 3 claves para hacerlo con autoridad 👇 🗣️ Respira antes de hablar. 🧭 Redirige, no te justifiques. ⚖️ Mide si tu respuesta te posiciona o te desgasta. ✨ La elegancia también es una forma de poder. 💬 Si eres un profesional de alto rango o dueño de negocio y quieres aprender a comunicarte con seguridad Y carisma, anda al link que está en la descripción y comparte éste video a alguien a quien le pueda servir.
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La primera clave es tan sencilla como poderosa: respira antes de hablar. No es una frase de manual de autoayuda, es pura fisiología. Cuando respiras profundamente, activas el sistema nervioso parasimpático y eso te ayuda a pensar con claridad antes de soltar algo de lo que luego podrías arrepentirte.
El segundo punto es cambiar la idea de defenderte por redirigir. Si alguien intenta hacerte quedar mal o sacarte de tus casillas, evita justificarte o entrar en su terreno. En su lugar, puedes responder con un elegante "prefiero hablar de eso en otro momento" o "no veo valor en continuar con ese tema". Contestar de esta forma no es evadir el tema: estás tomando el control de la conversación, y eso demuestra temple y autoridad.
Por último, mide el costo de tu respuesta. Antes de responder, pregúntate: ¿esto me posiciona o me desgasta? En la mayoría de los casos, elegir no reaccionar de forma impulsiva te sitúa un paso por delante. La elegancia, en el trabajo, es también una forma de poder. Según un estudio publicado en Forbes, las personas con alta inteligencia emocional no solo gestionan mejor los conflictos, sino que también generan más confianza y respeto dentro de sus equipos.
Así que la próxima vez que alguien intente provocarte, no caigas en su juego. Respira, redirige y calcula. A veces, la mejor respuesta no es el silencio absoluto, sino la serenidad con la que eliges mantener tu posición sin perder la clase.
Foto de WhatCulture
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