Llegas después de un largo día de trabajo y lo que menos te apetece es cocinar. Esas últimas horas del día te entra una pereza horrorosa y si no has hecho batch cooking esa semana (o no lo haces nunca) es posible que abras la nevera y todo sean dudas. Estás cansada, no quieres manchar y terminas comiendo lo primero que pillas. Error.
Por suerte, existen recetas de cenas fáciles que además son ligeras, tienen pocos hidratos y son altas en proteínas, por lo que también son saciantes. La que te traemos hoy es un ejemplo: una sartenada de calabacín con queso y jamón.
Solo tres ingredientes y mucho sabor: cómo hacer una sartenada de calabacín con queso y jamón
Comenzaremos cortando muy fino un calabacín pequeño. No hace falta pelarlo, solo cortarlo muy finito con un cuchillo bien afilado o una mandolina. Es el momento de hacerlos a la plancha, cubriendo el fondo. Si es mucho tendrás que hacer un par de tandas o tres pero en unos minutos estarán listos. Cuando estén dorados por ambas caras, ponemos todos los calabacines de nuevo en la sartén cubriendo el fondo y echamos 100 gramos de queso rallado. Puede ser queso fresco, mozarella, emmental o incluso una mezcla de quesos. Dejamos que el queso se funda con el calor a fuego bajo y tapando la sartén con una tapadera.
Echamos un poco de jamón o cualquier otra proteína que te guste como atún, salmón ahumado, huevo cocido o hasta ese pollo que sobró del asado que hiciste el otro día. Echamos las hierbas que nos apetezcan (tomillo, perejil, eneldo…) y si queremos, un poco de pimienta negra. No hace falta añadir sal, ya que el queso y el jamón ya aportan suficiente sabor, y cuando se haya fundido bien el queso, servimos caliente.
Los expertos de DAP nos dan el truco final: “para que esta sartenada os quede perfecta, lo ideal es que las rodajas de calabacín sean muy finas, para que formen una especie de base crujiente.”
Y si quieres sumarle una rebanada de pan integral o una ración de vegetales frescos para aumentar la fibra y los hidratos, puedes. Solo has manchado una sartén y un cuchillo y tienes una cena lista en menos de 15 minutos, fácil y muy rica. No se puede pedir más.
Fotos | Directo al Paladar
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