Mi padre tiene actualmente 74 años y es un hombre activo, física y mentalmente. Además de ser aficionado a los bonsáis y a la cerámica (afición que compartimos), camina una hora todos los días y va a la piscina varias veces por semana. Algunas solo para nadar y otras para hacer uno de los mejores deportes para las personas mayores: el Aquagym.
El agua lleva siglos teniendo un uso terapéutico. No lo digo yo, lo dice el Imperio Romano. Al menos históricamente hablando. Ese mismo de cuyas prácticas sexuales solo conservemos una.
En el 460 a.C. Hipócrates usaba el agua para el tratamiento de enfermedades, y los romanos utilizaban los baños de aguas frías o calientes. Las termas romanas eran usadas habitualmente para aliviar dolencias por los efectos del agua en articulaciones, músculos y hasta a nivel pulmonar. Por cierto, existen termas naturales en plena naturaleza que nada tienen que envidiar a las que hacían los romanos.
Pues bien, el Aquagym (también conocido como gimnasia acuática) es una actividad física realizada dentro del agua, con muchos beneficios para la salud y muy pocos riesgos en su realización que además se aprovecha de esa hidroterapia romana. De hecho, según este estudio que comparaba su práctica con el ejercicio fuera del agua, es mejor si hablamos de personas mayores.
Por qué el aquagym es apto para personas mayores
Se trata de una actividad física muy suave que realiza diferentes movimientos dentro del agua en una piscina con poca profundidad. Pueden hacerse usando solo la resistencia del agua o con complementos como palas de natación, mancuernas de EVA o simplemente con los llamados churros o las tablas de flotación.
Esos movimientos consiguen ejercitar todo el cuerpo, tonificar la musculatura y trabajar la propiocepción. Se produce una mejora de la fuerza del tren inferior, un aumento de la capacidad cardiopulmonar, y por si eso fuera poco, tiene un efecto positivo también en el bienestar y salud mental de quien lo practica.
Gracias a que se realiza en el medio acuático, los movimientos realizados en el agua ejercitan todo el cuerpo reduciendo el impacto en articulaciones, músculos y huesos. El riesgo de caídas gracias al agua es nulo, por lo que las lesiones son muy infrecuentes.
El agua facilita además el movimiento y según cómo realicemos el ejercicio, ofrece cierta resistencia que ayuda a tonificar y fortalecer la musculatura. Además, mejora la coordinación y el equilibrio (como estos ejercicios de Yoga), favorece las capacidades psicomotrices y estimula la circulación sanguínea.
Como estamos trabajando en el agua, el peso corporal se reduce hasta un 90%, lo que a su vez reduce el impacto en las articulaciones. Además, evita el dolor articular y muscular que podríamos tener realizando los mismos ejercicios en suelo, y ayuda a mantener la flexibilidad y la amplitud de movimiento por lo que también actúa sobre la rigidez muscular relacionada con la edad. Todo ventajas.
Algunos ejercicios de aquagym para personas mayores
Mi padre practica Aquagym con un instructor que va realizando un circuito, pero podemos hacer algunos ejercicios como caminar sobre el agua, algo que ya popularizaron en la Antigua Grecia. Se trata simplemente de andar dentro del agua, ampliando los movimientos que haríamos en tierra.
Si queremos trabajar la musculatura, podemos hacer movimientos de flexión, extensión, rotación y resistencia contra el agua, tanto con las piernas como con los brazos. Incluso se pueden hacer sentadillas, skipping en el agua o jumping jacks, tal y como nos explican los expertos de Vitónica.
Precauciones antes de hacer aquagym
Es cierto que el aquagym es un deporte a priori seguro para cualquiera, pero si estamos hablando de personas mayores, antes de liarnos a movernos dentro del agua lo ideal sería consultar con nuestro médico, sobre todo si existe algún tipo de enfermedad que pueda condicionar la práctica de este o de cualquier otro ejercicio físico.
El medio en el que lo realizamos es importante. La temperatura del agua debería estar entre los 28º C y los 31º C y la piscina tener poca profundidad, lo ideal es que como máximo mida 1,50 metros. Y ojo con las instalaciones para acceder a la piscina. Debe estar adaptada para que entrar y salir del agua no sea peligroso. Un pasamanos y unas escaleras graduales son la mejor opción.
Como con cualquier otro deporte, vamos a hacer caso a nuestro cuerpo y si notamos algo raro, parar. Además, es necesario beber antes y después del ejercicio. Aunque estemos en el agua, estamos haciendo deporte y siempre es importantísimo hidratarse.
Hasta Paquita Salas lo practica y a mi padre le encanta. Ahora solo queda que lo pruebes tú. O tus padres.
Fotos | Sierra McCreary, Yehor Milohrodskyi, Ravi Patel y Silas Baisch en Unsplash
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