Tini le cantaba al desamor en ‘Cupido’, preguntándose porque “cuando estábamos bien se complicó” y afirmando “que nos queríamos tanto y ahora no”. En la canción trataba de explicar por qué el amor, o mejor dicho las relaciones, se acaban. Pero lo cierto es que nada termina de la noche a la mañana.
Existen muchas razones para desenamoramos según la psicología, como por ejemplo la falta de comunicación, la poca compatibilidad y hasta la falta de sexo. Y lo cierto es que las relaciones pueden resultar estresantes en muchas ocasiones, especialmente si estamos pensando en que ha llegado el final de la misma.
A pesar de que muchos investigadores han analizado las razones por las que nos quedamos o no en una relación problemática, ese proceso de decisión es complejo y estresante como bien explica la psicóloga Samantha Joel en este estudio y personas, como me ocurrió a mí, que “pueden sentirse motivadas a permanecer en relaciones relativamente insatisfactoriass por el bien de su pareja romántica". En mi caso, me quedé porque pensé en la otra persona por encima de mis propios sentimientos, bienestar y necesidades.
La sexóloga y sexóloga Mamen Jiménez nos explicaba que “tomar esta decisión se puede convertir en una verdadera fuente de sufrimiento”, porque saber si es el momento de dejarlo o si merece la pena seguir intentándolo no siempre es fácil. Llegados a este punto, hacerte ciertas preguntas sobre tu relación puede ayudarte a tomar una decisión.
Las preguntas que hacerte antes de terminar la relación
¿Qué es lo que está rompiendo la relación?
Toca mirar no solo lo que hace bien o mal tu pareja, sino los motivos reales que están haciendo que tu relación se rompa. ¿Una infidelidad? ¿Proyectos diferentes? ¿Estilos de vida incompatibles? Ver con claridad el problema al que os enfrentáis es imprescindible antes de decidir nada.
¿El problema tiene solución?
Antes de decidir romper piensa si ese problema tiene solución o no para ti, porque es posible que ir a terapia sea algo a valorar si queréis continuar con la relación. Pero si, por ejemplo, ha habido una infidelidad que no puedes perdonar, deberías ser sincera contigo misma.
¿Qué me gusta y qué no me gusta de mi relación?
Mamen Jiménez ya nos recomendaba ordenar nuestras ideas. Para ello explica que escribir una lista de pros y contras en la que apuntar “qué te gusta de tu relación y de tu pareja en una columna y en otra lo que no y lo que es mejorable”, es un primer paso. Al lado de lo que no te gusta, la experta nos recomienda “apuntar cuáles de esas cosas crees que es factible que cambien (con trabajo de ambos) y las que no”. Una vez escrito es el momento de ser sinceras con lo apuntado y ver si es viable o no cualquier cambio.
¿Por qué me enamoré?
Como bien explican en Psychology Today, es necesario no solo pensar en el futuro de la relación, sino también en el pasado, en aquello que en un primer momento nos enamoró de la otra persona. Con esta reflexión pensaremos no solo en si la otra persona ha cambiado (que es lo más normal del mundo) sino en si nuestras necesidades también lo han hecho a lo largo del tiempo. Escribe al menos tres cosas que te enamoraron de tu pareja cuando empezásteis. ¿Son esas cualidades algo que valores a día de hoy? ¿Eran reales o fruto del cóctel de hormonas que vivimos durante las primeras etapas del amor?
¿Puedo encontrar la felicidad de nuevo con esta pareja?
Haciendo de nuevo un ejercicio de recuerdos, vamosa escribir al menos dos experiencias que ambos miembros de la pareja os haya hecho felices en el pasado. Una vez escrito pregúntate si ese lugar feliz es uno al que podrías volver. Puede que lo que antes te hacía feliz, ya no lo haga.
¿Es la persona adecuada para mí en este momento?
Existe la falsa creencia de que existe la persona perfecta para cada uno de nosotros, pero lo cierto es que no existe y ese pensamiento solo alimenta los mitos del amor romántico como bien nos explica María Esclapez en su libro ‘Me quiero, te quiero’. Lo que sí es conveniente preguntarse es si esa persona es a quien quieres a tu lado compartiendo el camino en este momento de tu vida y si imaginas un proyecto de futuro con ella.
Si has decidido terminar con la relación, así puedes comunicarlo
Si mi pareja rompiera conmigo, ¿qué me gustaría escuchar?
La empatía, a la hora de romper una relación sin hacer más daño es imprescindible. Piensa en cómo te gustaría recibir a ti la noticia y sé sincera en todo momento. No tires de frases clásicas como “no eres tú, soy yo” porque a nadie le gusta oír eso de “te mereces alguien mejor que yo” o “eres demasiado para mí”.
Aunque sea la persona dejada, también merece un tiempo para hablar
Iria Reguera, psicóloga y directora de Trendencias nos explica que “explicarle a la otra persona lo que ocurre y darle el espacio para preguntar o replicar evitará algo del sufrimiento y dejará un mejor sabor de boca”. Estar dispuesta a escuchar con calma es tan importante como lo que tienes que decir.
Prepara tu respuesta por si te pregunta “¿No podríamos intentarlo de nuevo?”
Si crees que no puede intentarse más, deja claras tus intenciones y huye de los vagos “ya veremos” o “necesito tiempo para pensar” que lo único que generan son falsas esperanzas. Si te pregunta si podéis intentarlo, si te dice que va a cambiar o si quiere ir a terapia, pero tu decisión está tomada, díselo. “No te digo esto para que hagas las cosas de otra manera. Creo que este es el final del camino para nosotros”.
Usa la asertividad y sé firme
Reguera afirma también que es importante asegurarnos de que la otra persona se siente escuchada y sus sentimientos son valorados, aunque seas firme en tu decisión de terminar con la relación. ”Es un buen momento para utilizar la asertividad y explicarle que aunque sabes que duele mucho, y aunque le tienes mucho cariño y crees cosas muy buenas sobre él o ella, la relación ya no funciona o no te hace feliz, por los motivos que tengas”.
Piensa que puede que no se lo tome bien
Cuando dejamos a otra persona es posible que las cosas no salgan como tenemos en la cabeza. Y siento decirte que a veces, por mucho que queramos dejar bien una relación, no es posible. Es posible que la otra persona se enfade, pero es mejor en estos casos no intentar contrarrestar el enfado, sino simplemente escuchar y reafirmar su dolor con un "sé que esto es doloroso, pero necesito seguir adelante y terminar la relación". Y si sigue, repite un “se acabó”, aunque sea doloroso para ambos.
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