Cuando hablamos de squirting, como nos explicó la sexóloga Mamen Jiménez en este artículo, lo hacemos de “una fuerte expulsión de una cantidad de líquido (trasparente e inodoro) por la uretra, fruto del placer obtenido durante el sexo.” Es un “chorro” (la traducción literal de squirt en inglés), que se produce cuando tenemos un orgasmo.
En 1984 ya se estudiaba la “eyaculación femenina” y según este estudio un 54% de las encuestadas afirmaban que habían experimentado una "expulsión orgásmica de líquido" al menos una vez en su vida. A día de hoy se sabe que la eyaculación femenina y el squirting no son lo mismo. La primera se trata de un líquido más espeso y viscoso, y la segunda está compuesta por orina y una pequeña parte de líquido prostático procedente de las glándulas de Skene, según este estudio de 2015.
Se ha convertido en un must have del porno (recordemos siempre, siempre, que el porno no debe ser una escuela de sexualidad), pero hay algo que hay que tener en mente si queremos intentar conseguirlo: no es algo que todo el mundo pueda conseguir, y no pasa nada si no mojamos la cama. No estamos rotas ni nos pasa nada raro si el squirting no forma parte de nuestra vida sexual. Podemos sentir placer tanto si conseguimos el squirt como si no.
Gracias a que ahora el placer femenino es menos tabú (demos gracias al Satisfyer) y que muchas personas están aprendiendo a explorar su cuerpo, ¿probamos si el squirt es nuestro rollo? Te contamos cómo hacer squirting (sola o en pareja).
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Lo primero de todo es saber que el squirt puede conseguirse con o sin ayuda, tanto de pareja como de juguetes sexuales: solo con tus manos puedes conseguir hacer squirting. Por eso vamos a centrarnos en cómo conseguir un squirt masturbándote, y cuando lo consigas le explicas a tu pareja cómo se hace para compartir el chorrazo con ella.
Comienza con lo básico: excitación
Te lo hemos dicho en muchas ocasiones, pero lo repetimos: la gran clave para conseguir orgasmos es excitarse, así que no tengas prisa. Prueba con técnicas para excitarte sin tocarte siquiera, y olvídate del fast sex y ponte disfrutona. Música para crear ambiente, velas perfumadas, luz tenue… Vas a tener una cita contigo y tu cuerpo, así que date todos los caprichos del mundo.
Piensa en el sexo como en una hamburguesa. No queremos una de 1 euro del McDonalds que nos deje con hambre, queremos una hamburguesa llena de sabor, con patatas y todo eso que nos gusta. De esas tan buenas que las pondrías un piso.
Un sexconsejo: fantasea a tope. La mente es vital para dejarte llevar y conseguir un squirt. Puedes imaginarte con Tom Holland (uno de los hombres más guapos del mundo), en brazos de Ester Expósito o bailando con Nathy Peluso y C. Tangana en un maravilloso trío. Date luz verde para cualquier fantasía, sea la que sea.
Puedes comenzar con un masaje sensual con una de las velas de masaje LELO (entre el aroma y la textura, vas a flipar), e ir calentándote poco a poco, tocando todos los puntos erógenos que se te ocurran.
Para excitarnos podemos probar con técnicas como la del mapeo sexual en la que no tenemos prisa. Y si no es hoy, prueba mañana, pero siempre sin presión. Lo más importante es disfrutar del camino y no obsesionarnos con el destino. Por eso es tan importante que la excitación sea máxima, para que todo sea mucho más sencillo.
Centrémonos en el punto G
Estamos on fire, así que vamos a pasar a la segunda clave: el punto G. Es una zona algo más rugosa que se encuentra en la pared vaginal frontal (a unos 3-5 centímetros de la entrada de la vagina), y es el mejor punto que puedes tocar para hacer squirting. Aunque puedes conseguirlo estimulando otras zonas, es mucho más sencillo hacer squirt si estimulas el punto G.
Para estimularla con las manitas introduce el dedo corazón (o varios dedos), con la palma de la mano hacia tu ombligo, y flexiona el dedo en un movimiento que le diga al orgasmo “ven aquí”. Si no estás suficientemente lubricada, hazte con un lubricante al agua como este de Durex para facilitarte las cosas.
Recuerda que el punto G y el clítoris son en realidad el mismo órgano, así que puedes estimularlo en dos puntos a la vez para conseguir el doble de placer. Para hacer check en este punto puedes ayudarte de uno de los estimuladores dobles del mercado, como Mila de Platanomelón, Enigma de LELO, el Satisfyer Pro G-Sport Rabbit o el maravilloso Ina Wave 2, también de LELO.
Incluso puedes hacerte con una crema estimulante, como el Lluvia de amor de Shunga, que aumenta la sensibilidad del punto G y consigue mayores orgasmos.
Déjate llevar
Aquí llega la clave más importante: dejarte llevar. Cuando el placer comience a aumentar de intensidad notarás en muchas ocasiones una sensación de ganas de hacer pis. No pares, es el momento de relájate al máximo para que tus músculos se suelten y disfrutes de la explosión de placer que se produce. Ahí será cuando el squirt salga de tu cuerpo.
No hablo por hablar, la sensación de que te meas es real pero no vas a mearte, tranquila. Cuando experimenté mi primer squirt pude hacerlo precisamente por este punto, el de dejarme llevar por completo. Si no hubiera dejado de pensar en lo que pensaría mi pareja, en que iba a mearme en su mano, en lo que iba a pasar o en lo que tenía que hacer después, no hubiera podido dejar que el placer tomase el control, que es justo lo que provoca que nos dejemos ir y consigamos alcanzar un placer máximo. Sin esa sensación de entrega al placer el squirt es complicadísimo de conseguir.
Si te da miedo manchar las sábanas, pon una toalla bajo tu cuerpo antes de empezar y olvídate de todo y de todos. Céntrate en el placer sin medida y da la bienvenida a esta nueva sensación.
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Fotos | ian dooley en Unsplash, Giphy, Platanomelón
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