El yoga forma parte de la rutina de ejercicios de muchas de nosotras. Hay ocasiones en las que nos decantamos por clases colectivas y acudimos al gym para poner a prueba todas esas posturas que hemos ido aprendiendo, así como otras veces preferimos seguir el paso a paso desde la comodidad de nuestra casa, o en su defecto, ahora que el buen tiempo ya está aquí, preferimos ponernos a prueba apostando por ejercitar el cuerpo al aire libre.
Más allá de la idea clásica de yoga, se ha puesto de moda una variante de la misma, casi tan antigua como el propio deporte, conocida como Nagna Yoga, que significa yoga al desnudo. Esta práctica promete aunar todos los beneficios del yoga, ya que las posturas y movimientos que se ejecutan son los mismos, pero con la particularidad de que para ello no necesitamos disponer de ropa.
Una de las principales razones por las que esta práctica está triunfando tanto, es el hecho de que anima a las personas a sentirse cómodas con su propio cuerpo, alejando dicha imagen de la vergüenza o la hipersexualización a la que los mismos están sometidos de forma involuntaria y apuesta por desvincularlo de todos esos conceptos, abrazándolo por lo que es, nuestro propio cuerpo.
Dicha práctica la podemos llevar a cabo en soledad, en un ejercicio donde se trabaja, además de los músculos del cuerpo, tonificando los mismos a través de las posturas llevadas a cabo, la autopercepción. Por otra parte, ejecutar esta disciplina en clases colectivas también tendría beneficios, y es que como indica un estudio de la Universidad de Northern Iowa (EE UU), los nudistas tendrían un nivel de aceptación de su cuerpo significativamente mayor que aquellos que solo se desnudan en privado.
La aceptación del propio cuerpo en una época en la que vivimos bombardeados de imágenes y cánones establecidos que dictan una normatividad de la belleza se hace cuesta arriba y hace que sentirse a gusto con la desnudez pueda convertirse en una tarea complicada. Otras investigaciones científicas ya han notificado como los niños de familias nudistas crecerían con una mejor aceptación de su cuerpo, y es que la aceptación de la propia figura desde pequeños podría ayudar a evitar un futura distorsión de la misma causada por la propia sociedad.
Está claro que más allá de toda esa actividad física que trae consigo el yoga, y que siempre es un plus, poder alejarse de una imagen sexualizada del cuerpo y aceptarlo a través del deporte como nuestra propia casa, nos ayuda a cuidarlo por dentro y por fuera, trabajando la musculatura pero también el cerebro.
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