Los tres rasgos de personalidad que comparten las personas con ansiedad según la psicología

Aunque la ansiedad por sí sola no es algo negativo, al igual que no lo es el estrés, sí que ambas son emociones que nos pueden llegar a limitar si se cronifican. Según explicaba la psicóloga sanitaria Ángela Fernández, las personas con ansiedad suelen compartir algunos rasgos de personalidad. Y es importante ese “suelen" porque aún siendo lo común, no es aplicable en el 100% de los casos. Algunos de los rasgos están bien vistos socialmente, pero pueden aumentar nuestros niveles de ansiedad solo por el mero hecho de estar presentes. 

La alta responsabilidad

“Suelen ser personas muy autoexigentes, rigurosas, disciplinadas. Con una muy alta implicación en las tareas”, explica Fernández. La experta asegura que sus estándares muy altos tienden a buscar la perfección, y esa búsqueda de la perfección se relaciona con un bajo nivel de satisfacción y un alto nivel de frustración.Aunque como bien nos comentaba la también psicóloga Mamen Jiménez, puede parecer una virtud, y algo deseable y positivo, “la realidad es que si no lo tenemos controlado puede convertirse en un enemigo total de nuestra autoestima”. 

Para Fernández, este comportamiento también se traduce como “una alta rigidez mental, un rasgo que, desde que somos pequeños, está muy aceptado socialmente”. Esa rigidez nos impide desarrollar cualidades tan importantes como la resiliencia, y dificulta mucho el desarrollo personal. La experta asegura que para trabajar este rasgo y reducir su impacto, “tendrás que aprender a ser flexible” y a no exigir siempre un 10 en todo lo que hagas. 

La gente que se permite ser "suficientemente buena" en el trabajo es más feliz y productiva porque huye de ese perfeccionismo según la psicología. Existe una filosofía japonesa, el Wabi-sabi, que precisamente busca apreciar la belleza de la imperfección, aceptar el valor de lo impermanente y cultivar la simplicidad. Puede que sea el momento de empezar a practicarla.

El exceso de amabilidad

La amabilidad es algo bueno, de eso no hay duda. Ser amable mejora nuestro estado de ánimo e implica ser generoso y altruista, pero el exceso supone, como explica Fernández, un problema. “Son personas a las que les cuesta poner límites y probablemente toleren demasiado”, asegura. 

Esta tendencia, muy relacionada con la tendencia people pleasing, hace que el foco de estas personas esté puesto en el resto y pongan las necesidades de los demás por delante de las suyas, lo que provoca que tenga poco autocuidado, con el desgaste emocional que eso supone. Para Fernández, la solución es “pasar a la acción y poner límites” en el trabajo, y en su vida personal.

El neuroticismo

La psicóloga Alejandra Hernández explica que el neuroticismo es “uno de los cinco grandes rasgos de la personalidad, junto con la extraversión, la apertura, la amabilidad y la responsabilidad”, y describe lo emocionalmente reactiva y negativa es una persona. Es decir, presentan una marcada inestabilidad emocional que hace que sientan de forma más intensa las mal llamadas emociones negativas. “Las puntuaciones altas en neuroticismo se relacionan con personas emocionalmente inestables, impulsivas y nerviosas”, asegura Fernández.

Se les conoce como personas de alta reactividad emocional, “ya que presentan un constante estado de alerta”, apunta la experta. “Un ruido, una mala contestación o un plan que se frustra les afecta mucho más”. Para este tipo de personas, lo que recomienda Fernández es “buscar actividades que propicien la serenidad y la tranquilidad en su día a día” para que, con el tiempo, se desarrolle una mayor estabilidad emocional. 

Si te has reconocido en estos rasgos no te agobies, porque conocerlos e identificarlos en nosotros son el primer paso para trabajar en ellos, con ayuda psicológica, y reducir así nuestra ansiedad desde el autoconocimiento. 

Fotos | TikTok @angelaprs.psicologia, Liza Summer en Pexels

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