A mí el flan me recuerda a mi infancia, a llegar del colegio, abrir el frigorífico y comprobar que mi madre había ido al supermercado y que había caído el Gordo ese día, pero sobre todo, a los fines de semana en los que mi abuela, la mejor cocinera del mundo, o al menos del mío, se adentraba en la repostería más tradicional y nos regalaba el postre más dulce con caramelo y lengüitas de gato incluidas.
Y aunque parezca que viene guay para la narrativa por el contexto, esto pasaba muchos domingos y yo lo tomaba a cucharadas, sin contar cuántas, porque aún no era consciente de que el Imperio Romano para las mujeres es nuestro peso, mientras veía capítulos de Friends en Canal+.
Desde hace unos años yo también disfruto de esta parte tan dulce de la cocina. Las tartas de zanahoria, las de queso o las cookies al estilo americano me salen de muerte. O eso dice mi público. Sin embargo, yo aún no he probado a hacer ningún flan, es algo que se me resiste, eso sí, las natillas ya cayeron una vez.
Ahora que se acerca Hallowe'en, ya no queda nada para la noche más terrorífica del año, se me ha ocurrido que quizás pueda iniciarme con ellos probando la receta con calabaza. Sí, sí, tal y como lees. Esta baya de cáscara dura está de temporada, por lo que además de riquísima, está más barata que durante el resto del año, por eso el otro día también te dejamos la receta de crema de calabaza con queso, perfecta para los días de frío y lluvia.
La receta del flan de calabaza que no te puedes perder
Para empezar, tienes que tener a mano lo siguiente: 150 gramos de puré de calabaza, así que toca picarla bien a trocitos y batirla hasta encontrar la textura deseada, tres huevos, 50 gramos de azúcar, 250 mililitros de leche entera, 2,5 mililitros de esencia de vainilla, 2 gramos de canela molida (aunque esto es opcional).
Una vez que has conseguido todos los ingredientes y los tienes bien preparados en la cocina toca meterse en materia. El primer paso es poner el horno a precalentar, por arriba y por abajo, a 165 grados. Por cierto, si te pones fatal cada vez que no está reluciente, échale un vistazo a este limpiahornos de Mercadona para que el tuyo parezca como nuevo.
Comienza vertiendo todo lo que ves en la lista en un recipiente que tenga la capacidad suficiente para que puedas trabajar de forma cómoda, porque ahora toca mezclar con las varillas. Tranquila, no se te va a hacer bola porque no hay ni demasiada azúcar ni harina de por medio.
Una vez que hayas hecho esto, solo tienes que pasar la mezcla a los boles que hayas escogido para servirlos y llevarlos al horno durante 50 o 60 minutos. Cuando veas que la parte del centro está hecha, sin pasarse, los puedes sacar y dejarlos enfriar un poco fuera. Luego has de pasarlos al frigorífico y dejarlos reposar ahí varias horas.
Por supuesto, a la hora de servirlos puedes añadir todo lo que te apetezca: desde caramelo hasta nata pasando por helado, ¡a tu gusto! Está tan bueno que, si te sale bien, tienes la receta todavía fresca en la cabeza para volver a hacerlo de cara a las fiestas y tener tu postre de Navidad.
Fotos | Pixabay et al.
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