La cena fácil que tengo lista en 15 minutos y que me sirve para gastar los restos de verdura que me quedan en la nevera

Cuando compras para una persona, es complicado que no termines teniendo varias verduras sueltas. Un tomate. Una zanahoria. Media berenjena. Una patata. Medio calabacín. Con el fin de darle salida a todas esas verduras olvidadas que te quedan en la nevera te traigo una maravillosa receta de verduras estofadas.

Estas verduras estofadas quedan de lujo con un filete de pollo a la plancha, con un pescado asado o solas, pero también pueden servirnos para hacer un plato de pasta. Una receta llena de nutrientes y con cero grasas, perfecta si queremos llevar una alimentación saludable o estamos reduciendo calorías. Lo mejor es que esta receta es perfecta para un batch cooking semanal.

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Cómo hacer verduras estofadas sin grasa

Necesitamos un diente de ajo, una cebolla pequeña, una zanahoria, 150 gramos de judías verdes, unos 10 champiñones y un tomate maduro. Te diría que, de aquí, podemos cambiar todo excepto el ajo y el tomate que en mi caso siempre lo mantengo. El resto, es completamente variable.

Todo va a ir a la cazuela junto para que no tengamos ni que pensar, y el único truco es que dividamos las verduras en duras y blandas para cortarlas. Las verduras más duras las cortaremos en trozos más pequeños y las más blandas en trozos más grandes. Así, se harán todas por igual. Por ejemplo, la zanahoria la cortaremos en dados pequeños y las judías verdes en tiras diagonales finitas. Los champiñones, que son más blandos y tardan menos en hacerse, en cuartos, y el tomate lo rallamos, desechando la piel.

Como decíamos, podemos hacer tantas combinaciones de verduras como queramos. Te pongo varios ejemplos: calabaza, puerro, patatas y setas de cardo; otra opción puede ser pimiento verde, pimiento rojo, cebolla roja y calabacín; una más que me encanta es con brócoli, coliflor, cebolla y remolacha. Y así con las verduras que quieras.

En una cazuela echamos todas las verduras a la vez y las vamos a condimentar. El clásico es con laurel, sal, pimienta negra y pimentón dulce, pero podemos ponernos creativos y probar por ejemplo con jengibre, cúrcuma y comino. O con ras al hanout, o con un curry. Echamos las especias y movemos bien con las verduras para añadir después un chorro de vino blanco (con unos 40 ml sobra) y si tenemos, caldo de verduras (120 ml). Si le añades agua no pasa nada. Dejamos que hierva y cuando empiece a hacerlo, tapamos y dejamos cocinar 15 minutos.

Puedes acompañarlo de un huevo a la plancha o escalfado, pero te recomiendo que cuando le queden dos minutos casques un par de huevos dentro de la cazuela de verduras y apagues el fuego. Conseguirás unos huevos al plato con muchísimo sabor.

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