La inflación provoca una avalancha de devoluciones de pedidos y Zara no es la única que podría acabar cobrándolas

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Se vienen cositas en la venta de moda online y no de las que nos gustan a los consumidores. Y es que parece que, aunque hayan sido una pieza clave del éxito del ecommerce, se acerca el fin de las devoluciones gratis en este canal. Zara ya ha impuesto en 30 mercados una cuota fija de 1,95 euros para todas las devoluciones que se realicen a domicilio o en un punto de recogida. En este caso, todavía quedaría acercarse a una tienda física a hacer la gestión sin coste alguno pero la cosa se complica cuando hablamos de plataformas como Asos y Zalando.

Aunque las cadenas con un buen canal online, como Inditex, fueron las que mejor consiguieron resistir la embestida de la pandemia, ahora han surgido problemas en el paraíso debido a la gran cantidad devolución de pedidos que se están realizando en el contexto actual.

Empresas como Zalando, Asos y Boohoo han sufrido, en los últimos meses, una oleada de devoluciones de pedidos que estarían directamente relacionados con eventos como la vuelta a la normalidad en el comercio físico; el auge de Shein (sin costes de envío desde 9 euros y devoluciones gratuitas) y la situación económica provocada por la guerra en Ucrania y la inflación.

Por este último motivo, sumado a la menor demanda (menos pedidos y de menor valor), el líder del sector sufrió un incremento del coste por pedido del 10% en el primer trimestre. Además, sus ventas se redujeron un 1%, en la que ya es la primera caída de su historia, y perdió 61,3 millones. Como medida, Zalando extenderá la obligación de un precio mínimo por pedido a la mayoría de sus 23 mercados, tras hacerlo en nueve en 2019.

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En la misma línea, el retailer británico también ha acusado cómo la inflación y la incertidumbre económica están haciendo mella en el ánimo de los clientes. No solo se se está dejando notar en la demanda sino, sobre todo, en un importante incremento en las devoluciones.

Esto, tal y como ha confirmado José Antonio Ramos Calamonte, nuevo CEO de Asos, ha tenido "un desproporcionado impacto en la rentabilidad". Y es que las devoluciones elevan los costes de entrega y de almacenamiento, sí, pero también impiden la salida del stock, y hacen que este tenga que venderse por debajo de su precio real.

Todo ello se ha traducido en que la empresa ha recortado las previsiones que tenía para este año y ha pasado de aspirar a beneficios de 160 millones, a esperar un máximo de 69 millones. Además, de un crecimiento estimado del 15% ha bajado hasta el 7%.

En el caso de la también británica Boohoo, que también se está viendo salpicada, lo atribuye a un cambio en la demanda. Y es que, mientras duró la pandemia se vendían más prendas de estar por casa, que tienen menos tendencia a ser devueltas. Sin embargo, ahora que la ropa de calle vuelve  a tener demanda, son más susceptibles a sufrir devoluciones.

Desde Inditex han argumentado que su medida de empezar a cobrar por las devoluciones online en algunos de sus mercados, al igual que la de cobrar las bolsas, tiene un carácter medioambiental. Y es que es cierto que tienen un mayor impacto en el mismo cuando se realizan mediante envíos.

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Sin embargo, ya hemos visto cómo las devoluciones también se comen parte de las ganancias de las empresas que venden por el canal digital. Solo en Estados Unidos, en 2020, se engulleron el 10,6% de las ventas que se generaron en el sector comercio. Eso sí, en un aspecto más positivo, el fin de las devoluciones gratis podría beneficiar a muchas pymes, ya que es un coste que las más pequeñas nunca han podido asumir.

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