En general, Cantabria es una de las zonas donde más fácil es acertar a la hora de buscar una escapada con mucho encanto. No solo es que tenga costa y grandes zonas de naturaleza verde, es que sus pueblos medievales se conservan prácticamente intactos. Tanto que muchos podrían pasar por el decorado de una película. Esto es precisamente lo que sucede con la que, para muchos, es la villa más bonita de todas. Se llama Cartes y lo tiene todo.
Si Cartes es tan especial es por distintos motivos. El primero es que es un lugar muy fácil de visitar en Cantabria ya que está estratégicamente ubicado a escasamente 15 minutos de los principales centros de atracción turística de Cantabria: Museo de Altamira, Cabárceno, Santander, la naturaleza singular del Parque Natural Saja-Besaya, algunas de sus magníficas playas...
Aunque lo que lo hace verdaderamente único es que es un pueblo medieval en el corazón de Cantabria, con dos conjuntos históricos que trasladan a todo el que visita Cartes directamente al pasado. Y es que se caracteriza por la conservación de su patrimonio histórico, además de por la belleza natural de su enclave.
Siendo así no es de extrañar que esté declarada Bien de Interés Cultural y conjunto Histórico. Esto último se lo ganó por conservar su disposición medieval originaria heredera del antiguo trazado del Camino Real. Y es que en esta calle de 500 metros se localizan construcciones que van desde el siglo XV al XVIII, y entre las que destaca el Torreón de Cartes, una casona fortificada situada en plena calle principal y que es insignia de la villa.
No obstante, además de sus casonas típicas de estilo montañés, otra de sus principales señas de identidad es el puente de piedra del siglo XVIII, que facilitaba la comunicación del Camino Real salvando el paso por el río Besaya.
Después, para completar el principal circuito turístico del municipio es de obligada visita la iglesia de Santa María de Yermo, una joya del románico que ha llegado hasta nuestros días en un espléndido estado de conservación y que también ostenta el reconocimiento de Bien de Interés Cultural desde 1930.
Además, en Cartes se localiza una ruta de ocho molinos que figuran desde el año 2003 en el Inventario General de Patrimonio Cultural de Cantabria. En su día, estos molinos fueron vitales para la economía local y son una muestra de la importancia que ha tenido la agricultura y la industria en la historia de la región.
Este carácter tan tradicional se refleja además en la solemnidad con la que celebran sus fiestas, siendo la más importante la de San Cipriano, que se vive intensamente cada 16 de septiembre con una romería montañesa. Durante la misma la tradición manda desplazarse a pie portando varas de avellano que, a la vuelta, traen cargadas de sabrosas rosquillas.
Fotos | Turismo Cartes
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