Así es la desconocida muralla china española que merece la pena visitar este verano

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Si en Cantabria hay una playa que parece Tailandia, en Burgos tenemos un pueblo que parece la Turena francesa y la villa más bonita de Portugal la encontramos en España... no es imposible que podamos presumir de tener también nuestra propia muralla china. De hecho, es una realidad. Su nombre es Roques de la Vila, pero se la conoce como la Muralla de Finestras y se encuentra en Huesca, en el Prepirineo aragonés.

En el término municipal de Viacamp, en la comarca de La Ribagorza y muy cerca del pueblo abandonado de Finestras, se encuentra una espectacular muralla natural. Es un punto de gran interés geológico y visual y es que, en lugar de ser obra del ser humano, ha sido la propia naturaleza quien se ha encargado de esculpirla.

La disposición vertical de las capas de roca, unido a los procesos de erosión que han actuado sobre ellas, han dado lugar a una curiosa forma que recuerda a la famosa Gran Muralla de China, por eso popularmente se conoce a este lugar como "la Muralla china de Finestras".

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Y es que parece mentira que sea una construcción fortuita teniendo en cuenta que tiene barrera doble. Es decir, que cuenta con un canal interno entre las dos crestas. Algo que ha hecho que, a lo largo de la historia, haya sido aprovechado para levantar en su parte interna construcciones defensivas. En total, la formación rocosa de la Muralla de Finestres tiene una longitud en torno a 840 metros y alcanza una altura que puede superar los 20 metros.

Esta maravilla de la naturaleza está, además, enclavada muy cerca del Congost de Montrebei, un impresionante desfiladero formado por el río Noguera Ribagorçana a su paso por la Sierra del Montsec que con los años ha enamorado a miles de turistas y ahora es uno de los destinos más ansiados por los amantes del senderismo. Además, también merece la pena visitar el antiguo pueblo de Finestras, abandonado en la actualidad y en ruinas, y las ermitas de San Marcos.

Balco De Finestres 8677119297 Sílvia Martín

La mejor forma de acceder a este paraje es desde Estopiñán del Castillo, a través de una pista que se puede hacer andando, en bici o en coche todoterreno. La ruta desde este punto tiene 12 kilómetros de ida (por lo que no se recomienda hacer andando) y, aunque se puede hacer en vehículo, es mejor que sea de tipo todoterreno o de altura similar.

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