El efecto inesperado que la IA tiene sobre nosotros: es posible que ya haya falsificado uno de tus recuerdos

Puede que, por el titular, pienses que esto es una locura o que parece que estamos en Matrix, algo por lo que ya hay científicos apostando muy fuerte. Pero lo cierto es que la inteligencia artificial (IA), está teniendo unos efectos inesperados. Desde hombres enamorándose de ella hasta restaurantes que usan recetas de ChatGPT para sus cartas. La IA nos hace más productivos (aunque tenga un coste para nuestro cerebro) pero lo que no vimos venir es que falsificara nuestros recuerdos.

Los falsos recuerdos que se mezclan con la realidad. Hace años viste a Tom Cruise haciendo magia en la Casa Blanca, y también le has visto atado a un Airbus A400M que despegó con él colgando. Solo una es real, la otra fue creada por IA. Es posible que ambas se hayan quedado en tu memoria, pero ¿podrías decirme cuál es real? Puede que te cueste porque nuestro cerebro separa el contenido del recuerdo, con su origen, algo que ocurre constantemente, y llega a distorsionarlo. Por ejemplo, el efecto Mandela está detrás de que creamos que en ‘Star Wars: El Imperio contraataca’ (Episodio V) Darth Vader dijo la frase “Luke, yo soy tu padre”, cuando en realidad en la película se dijo “No, yo soy tu padre”.

Nuestra memoria es un sistema de capacidad limitada y cuando tenemos lagunas en ella, nuestro cerebro tiende a rellenarlas. La profesora Catherine Loveday, de la Universidad de Westminster en Londres, explicaba en Science Focus que “reunimos imágenes, sonidos y sensaciones, y utilizamos un marco de conocimiento para crear la sensación de una experiencia recordada”. En ese marco, el origen del recuerdo también ocupa un lugar.

Por qué confundimos con tanta facilidad realidad con ficción. El modelo de control de fuentes, en términos psicológicos, describe cómo los recuerdos de lo percibido se juzgan como tales y así, no se confunden con lo imaginado. Simplificando mucho, ese modelo registra la fuente del recuerdo como un “dato”, y este se codifica en nuestra memoria con otros aspectos de la experiencia para así formar el recuerdo. Pero esa etiqueta de dónde viene el recuerdo, puede difuminarse. algo similar ocurre con el síndrome de la memoria falsa que, como explica la psicóloga Pilar Guerra, es “el resultado de la influencia de otras personas, información errónea, o incluso factores psicológicos que hacen que el cerebro interprete de manera incorrecta los recuerdos”. En este caso nuestra memoria se ve supeditada por la IA, y esos vídeos generados por ella pueden confundirse en nuestra mente con los eventos que sí son reales.

La manipulación de la IA en nuestros recuerdos. Según los hallazgos de la Dra. Elizabeth Loftus, doctorada en la Universidad de Stanford, psicóloga y profesora de la Universidad de California, esos pequeños fallos en la memoria nos ayudarían a explicar lo fácil que es formar esos falsos recuerdos de los que hablábamos al principio. Ahora una nueva investigación asegura que la IA, facilita mucho que esos recuerdos se implanten en nuestro cerebro como verdaderos cuando nunca ocurrieron en la vida real.

El estudio demuestra que las respuestas generadas por IA pueden generar recuerdos falsos en el 36,4% de los casos. Lo peligroso es que la tasa de persistencia de la distorsión de la memoria es del 87% tras tres semanas. Es decir, la IA “manipula” nuestros recuerdos y el paso del tiempo hace que olvidemos el verdadero origen y terminemos creyendo que pasó de verdad.

¿Qué podemos hacer para evitarlo? La forma en que se etiqueta el contenido generado por IA, facilitaría que nuestro cerebro recordara aquello que no es real con más facilidad, pero a medida que la generación de imágenes y vídeos por la IA mejora, también lo hace la probabilidad de que se implanten recuerdos falsos en nuestra memoria, “especialmente si consumimos el contenido artificial en un entorno similar al que consumimos las noticias reales”, como explicaba el estudio citado anteriormente.

La IA y el pensamiento crítico van de la mano pero no como pensamos. Desarrollar el pensamiento crítico se hace indispensable en tiempos de IA, como decía Gustavo Entrala, experto en innovación digital.  Con la sobreabundancia de contenido generado por IA, “el escepticismo sano será clave para distinguir verdad de ficción”, y añadía que “educar a los jóvenes en escuchar diversas voces y cuestionarse sus propias creencias será fundamental”. Es decir, fomentar el pensamiento crítico.

La mala noticia es que IA y pensamiento crítico se relacionan, pero no siempre de una forma adecuada. Ya se está estudiando cómo usar la IA como herramienta de “descarga mental” o “cognitive offloading” -el fenómeno de delegar tareas cognitivas a herramientas externas para reducir el esfuerzo mental- puede tener impacto negativo en el pensamiento crítico. Una pescadilla que se muerde la cola, al menos de momento.

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