Anabel Palomares
EditorLa comunicación es, en las relaciones que mantenemos o en aquellas que queremos construir, un imprescindible. Nos comunicamos para conocer y vincularnos en todos los entornos de nuestra vida, y si lo hacemos bien podemos mejorar nuestro estado de ánimo y conseguir mejorar la opinión que otros tienen de nosotros según Lorraine K. Lee, experta en comunicación y oradora profesional que imparte cursos en LinkedIn Learning y Stanford Continuing Studies.
Como explicaba la experta, las conversaciones casuales pueden resultar incómodas, superficiales e innecesarias “El problema con la mayoría de las charlas informales es que ocurren en piloto automático, lo que significa que las personas hacen preguntas cuyas respuestas ya pueden predecir”, aseguraba en la CNBC. Piensa en ese café que tomas con un compañero de trabajo y en las preguntas típicas como “cómo estás” o “qué tal el fin de semana”. Evidentemente estas preguntas vagas, tendrás respuestas vagas: “Bien gracias, ¿y tú?”. Este tipo de conversaciones no ayudan a profundizar en una relación y son completamente intrascendentes. Para evitar que lo sean, Lee propone incluir “hilos de conversación”.
Qué son los hilos conversacionales
Se trata de una técnica de comunicación para generar interacciones más significativas a través de la “creación de “hilos” o pequeños fragmentos atractivos que fomentan una conversación más fluida e interesante”, explica Lee. Lo que hacemos es usar una secuencia lógica de temas y subtemas que se desarrollan durante una conversación y que, como un hilo, conecta las diferentes intervenciones y promueve que la conversación avance de una forma coherente. Para conseguirlo, realizamos una conexión de ideas relacionando cada nuevo comentario (o pregunta) con lo que se ha dicho anteriormente, por lo que la escucha activa es imprescindible.
Lee explica que una vez que la hayas iniciado la conversación debes construir conexiones significativas y mantener la conversación interesante. Los hilos conversacionales permiten mantener la coherencia y la fluidez, por lo que resultan esenciales en una comunicación efectiva, y pueden ayudarte a tener mejores conversaciones tanto en un ámbito laboral como en tu vida personal. Su uso es más sencillo de lo que parece, porque cuando te hagan esa pregunta “automática” de la que hablábamos antes, podemos ofrecer un hilo del que tirar. Te pongo un ejemplo. Llegas al trabajo y tu compañero te pregunta qué tal el fin de semana. En lugar de responder con un bien, puedes ampliar la información con hilos de los que tirar “La verdad es que fue un fin de semana muy guay. Fui con mi pareja de viaje a Huelva y comimos en un restaurante precioso. Le has ofrecido dos hilos con los que continuar la conversación: el viaje a Huelva, y el restaurante en el que comiste.
Respuestas para mejorar las conversaciones casuales
La experta en comunicación nos da algunas respuestas que mejoren tus conversaciones informales cuando te hagan las preguntas más clásicas. Por ejemplo, cuando te pregunten qué te trae por aquí, no respondas que estás por trabajo. Prueba con algo más elaborado como “he venido con la esperanza de aprender más sobre (inserta aquí el tema) y me encantaría conocer a otras personas que buscan hacer cosas similares. ¿Y tú?”. Otro ejemplo que da Lee es la respuesta a la clásica pregunta cómo estás. La próxima vez, amplía la información y ofrece hilos conversacionales con algo como “¡Estoy bien! El trabajo me ha mantenido ocupada, pero acabo de comenzar un nuevo hobby que me encanta. ¿Y tú?”.
Preguntas para mejorar las conversaciones casuales
Ahora vamos al otro lado: las preguntas. El 40% de nuestras conversaciones cotidianas se centran en decirles a otros lo que pensamos y decimos, sin embargo, según este estudio de Harvard, hacer preguntas y practicar la escucha activa aumenta drásticamente la simpatía que otros sienten hacia nosotros. Vamos a mostrar curiosidad por la persona que tenemos delante trabajando la escucha activa, consiguiendo así transformar preguntas comunes en oportunidades para conectar. Como explicaba el ex agente del FBI Chris Voss, cuando usamos la escucha activa nos concentramos en lo que dice la otra persona en lugar de planificar qué vas a responder.
Si quieres identificar los hilos que seguir en la conversación, necesitas poner en marcha la escucha activa. Imaginemos que le preguntas a alguien que acabas de conocer que de dónde es. Esa persona te contesta que es de Sevilla y acto seguido contestas que tú eres de Madrid y la conversación está de nuevo en un punto muerto. En cambio, si cuando te contesta que vive en Sevilla le preguntas qué es lo que más le gusta de vivir ahí, lo que hacemos, según Lee, es hacer una pregunta complementaria con la que seguir ese hilo. Con esas preguntas lo que hacemos es interesarnos por saber más de la otra persona. Hacerlo nos ayuda a “forjar conexiones nuevas o más profundas con los demás, permitirnos establecer o reforzar nuestra reputación personal, y ofrecernos la oportunidad de demostrar calidez y empatía”, explica Matt Abrahams, profesor en la Escuela de Negocios de Stanford y orador experto.
Además, es necesario “mejorar” las preguntas que hacemos a otros. Por ejemplo, en lugar de decir “¿Qué tal tu fin de semana?”, puedes preguntar “¿Cuál fue tu mejor plan este fin de semana?”. O en el otro caso que decíamos antes de “¿Qué te trae por aquí?”, puedes cambiarlo por “¿Qué ha sido lo que más te ha gustado del evento hasta ahora?”. Lorraine K. Lee nos da un truco para continuar una conversación cuando la otra persona no nos da un hilo del que tirar, y es hacer una observación sobre algo que veas. “Esto funciona especialmente bien en situaciones como las videollamadas, en las que puedes hacer comentarios o preguntar sobre algo que esté en el fondo de la conversación de esa persona, como una obra de arte o una foto”, explica.
Un truco extra: usa un lenguaje positivo
Cuando tienes una conversación informal, es importante usar un lenguaje positivo como explica Lee “para pensar en la conversación de manera más positiva”. El lenguaje positivo es el uso de palabras y frases que transmiten una actitud positiva, constructiva o respetuosa y puede hacer que nuestra comunicación sea más efectiva, persuasiva y atractiva.
La experta en comunicación Amparo Donaire explica que “cuando utilizamos un lenguaje positivo, este afecta positivamente a nuestro cerebro y nos permite observar lo que nos sucede de forma diferente, abriendo posibilidades a nuestro alrededor”. Usar palabras positivas cuando hablamos con alguien en lugar de negativas, nos predispone a tener una conversación agradable que nos invite a repetir la experiencia.
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