Hay ocasiones en que las relaciones parecen entrar en un punto muerto. No avanzamos, o avanzamos de diferente manera. Hablamos cada vez menos, nos sentimos incómodos y algo dentro de nosotros nos parece gritar que necesitamos un cambio. Todos merecemos ser amados y tener una relación en la que nos sentimos respetados, valorados y queridos, pero es posible que en este momento de tu vida, tu relación no te aporte todo eso que necesitas. Si después de leer esto no eres capaz de responder sí a la mayoría de preguntas, puede que sea el momento de replantearte tu relación de pareja.
Este artículo es una invitación a la reflexión y a la comunicación. Es una oportunidad para evaluar si os habéis distanciado o si sentís algo diferente y con ello, hablarlo en pareja. Ver posibles soluciones o, llegado el caso, terminar con la relación.
¿Tienes ganas de pasar tiempo con tu pareja?
Elie Wiesel decía que "Lo opuesto al amor no es el odio, es la indiferencia". La indiferencia es un enemigo silencioso que se instala poco a poco en las relaciones. Como explica el doctor Aaron Ben-Zeév en Psychology Today, la indiferencia es un bajo interés en el otro y “la pareja de la persona indiferente siente que no se le presta atención y después de varios intentos fallidos, generalmente se interesa menos”. Es posible que la indiferencia se confunda con comodidad, pero cuando ya no sientes emoción ante la idea de pasar tiempo con tu pareja o cuando sus opiniones, ideas o acciones no provocan ninguna reacción emocional en ti, tal vez es el momento de plantearte si realmente estás donde quieres estar.
Eso sí, es importante no confundir esa indiferencia con la calma natural que viene con una relación a largo plazo. Una cosa es pasar la fase de enamoramiento y llegar a la de un amor realista, y otra distinta que la presencia o ausencia te dé igual. Si no tienes ganas de pasar tiempo con tu pareja o te sientes aliviada cuando estás sola, es el momento de evaluar si se trata de una emoción momentánea o de un sentimiento mantenido en el tiempo y actuar en consecuencia.
¿Tenéis los mismos objetivos vitales?
Uno de los secretos de las relaciones duraderas según los expertos, es que comparten gustos, ambiciones e intereses y eso hace que pasen más tiempo juntos. Además, tienen objetivos vitales comunes y afines. Te pongo un ejemplo: queréis formar una familia. O queréis vivir en el campo. Es normal que los objetivos que tenemos cuando empezamos una relación cambien, porque los seres humanos vamos cambiando y creciendo, pero si con el paso del tiempo, vuestros objetivos cambian tanto que se llega a producir una divergencia, lo normal es que eso os distancie como pareja. Comunicarlo y buscar una solución puede ser el primer paso cuando os dais cuenta de ello, pero es posible que ni tu pareja desee cambiar ni tú tampoco. Y entonces puede que sea el momento de replantearse la relación.
¿Sientes que puedes hablar de todo con tu pareja?
Aquí entramos en terreno algo pantanoso, porque no es necesario que tu pareja te aporte absolutamente todo lo que necesitas. De hecho pretenderlo es un error, porque es necesario que tengas tu propia individualidad, tus amigos y tu mundo. Pero si detectas que nunca compartes tus ambiciones, miedos, sueños o deseos con tu pareja y sí con otras personas, puede que hayáis perdido la conexión emocional.
¿Imaginas un futuro con esa persona?
En mi anterior relación me di cuenta de que ya no estaba enamorada mucho antes de lo que dejáramos porque no imaginaba un futuro con él. No me imaginaba una vida futura con esa persona. Envejecer junto a ella, por ejemplo. Me descubrí soñando despierta con una vida en la que no estaba conmigo. Puede ser simplemente que os habéis distanciado, y lo cierto es que este tipo de pensamientos son completamente normales si se tienen de forma ocasional, porque no todos los momentos con una pareja son ideales ni perfectos. Pero si se vuelve una constante, quizá hay que ahondar más porque puede que no sientas lo mismo.
¿Hablas con tu pareja de cosas que no son de la rutina?
La comunicación es esencial en todo tipo de relaciones, más aún en las relaciones de pareja, ya que nos ayuda a comprendernos mejor, resolver conflictos y construir una conexión más profunda. Pero hablar es algo más que decir que hay que comprar leche, preguntar si ha llamado al banco o si mañana puede poner una lavadora. Es habitual que la vida nos lleve a momentos en que no hablamos tanto o que la rutina se convierta en el punto de encuentro en algunos momentos de la relación, pero si te cuesta encontrar puntos en común o nuevos temas de los que hablar con tu pareja, puede ser el momento de reevaluar tu relación y tratar de conectar nuevamente.
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