María Yuste
Editor SeniorEn las últimas semana no paro de ver el mismo título recomendado en mis historias de Instagram: 'Rehén'. Desde que se estrenó el 21 de agosto, se ha plantado en los primeros puestos de lo más visto de Netflix en España (y en muchos otros países), compartiendo podio con otros grandes éxitos de la plataforma como 'Muertos S.L.', 'Miércoles' o 'En el barro'. Y la verdad es que motivos no le faltan.
Lo primero que engancha ya de entrada es su formato: solo cinco episodios de unos 40 minutos que se ven en un suspiro. Es decir que es perfecta para un finde de sofá, manta y atracón seriéfilo (y palomitas y helado). Lo segundo es su género: un thriller político que mezcla conspiraciones, drama personal y decisiones imposibles.
De qué va (sin spoilers)
La trama arranca fuerte: al marido de la primera ministra británica lo secuestran y, al mismo tiempo, la presidenta de Francia es víctima de un chantaje. El caso se convierte en una partida de ajedrez en la que estas dos líderes, y rivales políticas con mucho que perder, se ven obligadas a colaborar. Mientras que tú, como espectador, te pasas cada episodio pensando en qué harías si estuvieras en su lugar.
Protagonistas con peso
Si los nombres de Suranne Jones y Julie Delpy (sí, la de la trilogía 'Antes de...') ya suenan bien por separado, juntas funcionan todavía mejor. La química que tienen en ese duelo-alianza es lo que sostiene la serie y le da credibilidad. A su alrededor, rostros más o menos conocidos como Corey Mylchreest ('La reina Carlota'), Ashley Thomas o Lucian Msamati completan el reparto. Y ojo, que detrás del guion está Matt Charman, nominado al Oscar por 'El puente de los espías'.
Un dilema universal
Más allá de la intriga que te tiene pegado a la tele, queriendo siempre un episodio más, lo interesante es cómo coloca a sus personajes en un dilema clásico pero potente: ¿qué pesa más, la familia o el deber? Es precisamente ese conflicto lo que hace que 'Rehén' no sea solo un juego de poder y espionaje que nos queda lejano, sino también un drama humano con el que resulta fácil conectar.
¿Merece la pena?
No te voy a decir que sea un título que marca un antes y un después en la historia de la televisión, porque no lo es. Pero cumple lo que promete: engancha, entretiene y tiene ideas. Además de que, en solo cinco horas, te regala la dosis justa de tensión y giros argumentales para hacer un maratón redondo de los conseguir desconectar de todo sin salir de casa. Así que, si buscas algo para ver del tirón este fin de semana, sí, dale una oportunidad a 'Rehén'.
Fotos | Netflix
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