El Ozempic, ya es una realidad en la vida de muchas personas de a pie. Un fármaco que obliga a tu cuerpo a producir más insulina, pensado para pacientes con diabetes, ya que ayuda a regular la segregación de insulina, eso sí en dosis más altas interactúa con las partes del cerebro que regulan el apetito creando la sensación de saciedad y muchos recurren a éste para perder peso. Ya no solo es cosa de famosos de la talla de Elon Musk hasta las Kardashians. Ahora hay estudios que afirman que un 6% de los americanos consumen o han consumido este medicamento para adelgazar, lo que sería uno de cada ocho adultos en Estados Unidos.
Compartir en los restaurantes por el miedo al qué dirán. El hecho que cada vez se consuma más este fármaco está haciendo que cambien las dinámicas de los grupos a la hora de salir a comer o cenar. Si en tu círculo de seis amigas, cuatro toman Ozempic, es evidente que las que consumen este fármaco van a sentirse más llenas tras un par de bocados. Y es que según señala un reportaje del New York Times, en estas ocasiones parece que lo más recurrente es pedir aperitivos y platos principales para compartir. Quienes toman Ozempic no quieren dejar evidencia de ello y quieren evitar situaciones incómodas como hacer retirar a los camareros un plato prácticamente lleno.

Ni apetito por la comida, ni deseo de beber alcohol. Si antes pedir una botella de vino entre todas para amenizar la cenar era algo indiscutible, en los grupos donde el consumo de Ozempic está a la orden del día, esto podría estar cambiando. Un estudio publicado en JAMA Psychiatry que analizó el impacto de la semaglutida en personas con trastorno por consumo de alcohol se observó cómo los participantes que tomaron el fármaco redujeron su ingesta diaria de alcohol en un 41% y sus antojos semanales en un 40%, en comparación con aquellos que recibieron un placebo. Y es que este medicamento no solo nos estaría quitando las ganas de comer, sino también las de beber alcohol.
También se compra menos comida. Resulta que además de comer menos en los restaurantes y pedir menos alcohol, los consumidores de Ozempic ya no llenarían las cestas de la compra como antes. Esto estaría suponiendo una caída en las ventas de comida y es que es evidente que si aquellos que toman este fármaco tienen menos hambre y se sacian antes, sus compras semanales van disminuir en cantidad.
Fotos | Andrea Piacquadio en Pexels, Adrienn en Pexels
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