Más allá del ejercicio físico, hay otras medidas que podemos implementar en nuestro día a día para mejorar nuestro metabolismo. Estamos hablando de hábitos centrados en nuestra alimentación sí, pero también otros que pasamos más por alto, como las horas de sueño o incluso la hidratación diaria. Para ello hemos tomado nota de los estudios científicos, dispuestas a poner los consejos de la ciencia manos a la obra este septiembre.
Incorporar suficiente proteína por el día
Sabemos que los alimentos proteicos son un must a la hora de ayudarnos a mantener la masa muscular, así que es clave no prescindir de ellas. Eso sí, lo ideal es optar por proteínas magras o bien acompañarlas de grasa sanas. Algún ejemplo que nunca está de más tener a mano en nuestra nevera sería: el huevo o la clara de huevo, la pechuga de pollo o pavo, los quesos frescos, la leche, el yogur desnatado o los pescados grasos.
Un buen hábito de sueño
Contar con un buen descanso es esencial para nuestra salud, pero también podría ayudarnos a sentirnos más saciadas. Así lo explica un estudio científico en el que se observaba como sin hacer ningún otro cambio en el estilo de vida, se podría reducir la ingesta de calorías en una media de 270 al día simplemente durmiendo una hora más.
Consumir alimentos fermentados
Los alimentos que están cargados de probióticos pueden ayudarnos a reducir grasas durante su ingesta. Así lo explica nuestra compañera y experta en nutrición Gabriela Gottau y es que influyen de forma directa sobre el funcionamiento intestinal, mejorando concretamente la flora de bacterias que allí habitan. Aunque no solo eso, un estudio científico también observaba como el efecto de los probióticos podría ser de gran ayuda al momento de reducir la grasa corporal.
Mantener una hidratación adecuada
Según algunas investigaciones científicas un consumo adecuado de agua podría ayudarnos a reducir nuestra ingesta de calorías y por tanto favorecer o facilitar con ello la pérdida de peso. No pasamos por alto que la ingesta de agua es perfecta para sustituir también la toma de otras bebidas calóricas.
Evitar saltarse comidas
Por mucho que pensemos que prescindir de la cena tras una comida copiosa es una buena idea, lo cierto es que no. En estos casos podría llevar a llegar con un exceso de hambre a la siguiente comida o contribuir a tener un metabolismo más lento, lo que si podría favorecer un aumento de peso en el futuro.
Fotos | Adrienn en Pexels, Andrea Piacquadio en Pexels
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