Por si aún no le conoces, Arthur C. Brooks es considerado uno de los mayores expertos en felicidad del mundo. Tiene consejos concretos y prácticos para aumentar la felicidad, y hasta escribe sobre ello en una columna habitual de The Atlantic. En su libro ‘Construye la vida que deseas‘, nos explica que realmente no sabemos qué es la felicidad y eso nos lleva a cometer muchos errores que nos impiden alcanzar eso que todos ansiamos, la felicidad.
Uno de ellos tiene que ver con el concepto de la cinta de correr hedónica, y en base a él, categoriza a tres tipos de personas en el mundo: aquellos que corren en ella y no saben que lo hacen, aquellos que corren en la cinta hedónica sabiendo que lo están haciendo y, por último, aquellos que deciden bajarse. Solo uno será realmente feliz.
La cinta de correr hedónica
La expresión “cinta de correr hedónica” fue acuñada por los psicólogos Brickman y Campbell en la década de 1970 para resumir un fenómeno psicológico llamado “adaptación hedónica”. El ciclo de retorno a un nivel "normal" de felicidad se denomina "cinta hedónica" un fenómeno que sugiere que el nivel de felicidad de las personas, después de moverse en una dirección positiva o negativa, acaba volviendo a un nivel de referencia, donde estaba antes de las experiencias que causaron el aumento o la disminución. Es decir, es un concepto que habla de la capacidad de las personas para adaptarnos a las diferentes situaciones que vivimos a lo largo de la vida, buenas o malas, y que está relacionado con la búsqueda del placer o el bienestar.
Pero, ¿qué ocurre cuando condicionamos nuestro nivel de satisfacción a algo erróneo? Es lo que explora Brooks en su libro. Como el experto de Harvard asegura, creemos de manera equivocada que encontraremos bienestar en el dinero, el poder o en el capitalismo mismo. Tener más cosas y más caras para ser más felices. Para Brooks, el éxito funciona también como una adicción, y por mucho que vayamos alcanzándolo, nunca es suficiente. Siempre queremos más.
Esta actitud es característica de aquellos que piensan que subidos a la cinta de corre hedónica (que nos proporciona placer) es el camino a la felicidad. "Corres y corres y corres, hasta que te vuelves profundamente adicto al éxito, hasta el agotamiento", asegura el experto. Perseguimos la felicidad hedónica, pero no la verdadera felicidad. En psicología existen los conceptos de felicidad hedónica y felicidad eudaimónica. Ambos tipos contribuyen al bienestar general, pero de forma diferente. El enfoque hedónico define el bienestar en términos de conseguir placer y evitar el dolor, y el eudaimónico se centra en la autorrealización.
Para Arthur C. Brooks, la razón por la que tantas personas buscan la felicidad hedónica es que nuestro cerebro tiene una tendencia al equilibrio. No podemos estar fuera del equilibrio mucho tiempo, pero sin embargo siempre estamos tratando de salir de él persiguiendo el éxito que nos promete una falsa satisfacción duradera. Por eso corremos en la cinta hedónica, porque tu cerebro te miente y te dice que lo hagas una y otra vez, para buscar ese equilibrio de nuevo.
Sin embargo, la verdadera felicidad no está ahí. "La gente más feliz es la que disfruta de su vida. Que obtiene satisfacción de sus logros y experiencias, es decir, que disfrutan tras luchar y haber superado obstáculos. Y, por último, que tienen un sentido vital, que pueden definir para qué están vivos", explicaba en una entrevista a Aceprensa.
Si pensamos que la felicidad no es un sentimiento ni una emoción, como bien afirmaba José Carlos Ruiz, doctor en Filosofía Contemporánea, y como también asegura Brooks, nos daremos cuenta de que buscamos en el sitio equivocado. También hay que tener en cuenta que no podemos alcanzar una felicidad absoluta y presente en todos los momentos de nuestra vida. Como nos explicaba Iria Reguera, psicóloga y directora de Trendencias, hay emociones de todo tipo, mal llamadas positivas y negativas, y todas van a formar parte de nuestra vida.
"Vas a tener experiencias malas y debes tenerlas para crecer, para aprender. También vas a tener emociones negativas, porque son señales de lo que está pasando fuera de ti. Si no tuviéramos estas emociones, estaríamos muertos. Necesitamos la infelicidad para aprender, para crecer, para existir en el mundo, para sobrevivir. Hay que tener en mente que llegar a la felicidad absoluta es imposible y perseguirla llevará a una profunda frustración. Siempre", explicaba Brooks en la entrevista.
Con eso en mente y como comentábamos al inicio, el experto de la Universidad de Harvard distingue tres tipos de personas en términos de felicidad: aquellas personas que corren en la cinta de correr hedónica y nunca entienden porque nunca están satisfechas; aquellas que corren en la cinta de correr hedónica y sí saben por qué no alcanzan la satisfacción, pero tienen miedo a parar; y aquellas personas que son capaces de salir de la cinta de correr, aunque eso implique hacer cambios en sus vidas. Solo estas son las que alcanzarán una vida feliz.
Ahora que sabes en qué consiste la cinta de correr, la pregunta es si estás dispuesta a bajarte como propone Brooks en su libro. “Una vez sabes la verdad, ¿qué te detiene?”, pregunta. “El cambio es el primer eslabón de una cadena que debes romper para ser libre".
Fotos | Joel Muniz en Unsplash, Priscilla Du Preez 🇨🇦 en Unsplash, Brooke Cagle en Unsplash
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