Llevamos más de una semana sumergidos en una catástrofe nacional que parece no tener tregua. Los datos del Gobierno y el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales ya han señalado este año de incendios como el peor las últimas tres décadas en España. La incertidumbre se mezcla con el miedo inevitable por ver calcinados los entornos donde crecimos, mientras los pueblos y aldeas son desalojados por el avance de las llamas. La salud mental empieza a tambalearse culpa de la impotencia y el agobio ante un futuro incierto donde el verde vibrante de nuestras tierras es sustituido por cenizas y humo. Todo empieza a pasar factura, es muy probable que estés sufriendo ecoansiedad y no te hayas dado cuenta.
Ecoansiedad: cuando el fuego quema nuestra salud mental
Se trata de una respuesta emocional y psicológica ante la percepción del futuro del planeta. Estos días en los que las llamas avanzan a una velocidad vertiginosa cerca de nuestras casas es muy normal que se agrave. Puede que tu preocupación por el cambio climático siempre haya existido, pero es evidente que cuando nos atañe de cerca este tipo de situaciones, la angustia se multiplica. La ecoansiedad tiende a intensificarse cuando los efectos del cambio climático se convierten en algo inmediato y es que la amenaza de los incendios forestales actual podría estar disparando el número de personas afectadas.
Señales de que la catástrofe climática está afectando a tu cabeza
Entre los síntomas más comunes que reflejan que podrías estar sufriendo ecoansiedad estos días, más allá de una constante tristeza y frustración por una profunda impotencia al no poder frenar los incendios, estaría una necesidad compulsiva de información a través de noticias y publicaciones en redes. También podrían ser un reflejo de este malestar psicológico los pensamientos recurrentes sobre catástrofes naturales, imaginar escenarios de futuro negativos o sentir culpa por el propio estilo de vida mientras el fuego continúa extendiéndose. Esto podría llegar a afectarnos también a nivel físico con dificultades para conciliar el sueño o tensión muscular.
Incendios y olas de calor: el cóctel que dispara la ecoansiedad
La cercanía de los incendios a nuestras viviendas intensifica la angustia. No se trata de un problema lejano que ocurre en otra ciudad u otro país, sino una amenaza directa. Ver como el humo cubre las ciudades o cómo las llamas reducen a cenizas los paisajes que han formado parte de nuestra vida durante muchos años hace que el duelo ecológico trasciende lo ambiental y se convierta también en un duelo identitario. Los territorios arrasados traen consigo una pérdida de memoria colectiva sobre los mismos. Va mucho más allá de ver calcinadas encinas o castaños centenarios: es también asimilar la desaparición de la biodiversidad y el verde vibrante de los montes que caracterizan a nuestra tierra.
Tener consciencia de que los incendios se intensifican por culpa de las olas de calor y la sequía, que son una respuesta del calentamiento global, refuerza el miedo por un futuro incierto. Aquí es común entrar en un bucle y sentir que una no hace suficiente para cuidar el planeta mientras piensa a la par que las acciones individuales son insignificantes ante desastre de tal magnitud.
Del miedo a la acción: claves para respirar en un entorno desolador
Gestionar la exposición a las noticias es primordial. Es necesario estar informados sobre el avance de los fuegos, pero una sobreinformación puede llegar a ser contraproducente. Es imprescindible acudir a medios fiables y evitar la infoxicación y los bulos que tienden a inundar las redes cuando ocurren este tipo de catástrofes.
Puedes aportar tu grano de arena donando productos necesarios en puntos de recogida específicos para llegar a las zonas afectadas por el fuego. Estos son algunos de los habilitados en Galicia y el Bierzo.
Hablar con amigos y familiares sobre la situación actual y no guardarte esos sentimientos negativos para ti podría ser ciertamente alentador. También es un plus contar con la con la ayuda de un especialista para conseguir poco a poco frenar esos pensamientos catastrofistas y ver la situación con mayor perspectiva. Acudir al psicólogo en estos casos puede ser clave, especialmente cuando la situación de un desastre ambiental como el actual te pilla muy de cerca.
Fotos | Soly Moses en Pexels, Anna Tarazevich en Pexels, Photo By: Kaboompics.com en Pexels
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