Aristóteles decía que “La felicidad depende de nosotros mismos”, porque en realidad es una elección. Y aunque es cierto que parte de la culpa de ser o no felices depende de cómo miremos nuestra vida, también es cierto que hay momentos en los que la felicidad no parece la elección más sencilla.
Aunque es un estado subjetivo que cada persona experimenta de diferente forma, sí hay tres cosas que tienen en común las personas felices según la Harvard Health Publishing, y son estrategias físicas y emocionales tan sencillas que cualquiera puede ponerlas en práctica desde hoy.
Disfrutan de manera consciente de los pequeños placeres de la vida
El sonido del café saliendo. El olor de una naranja pelada con las manos. Una vela encendida. El pasaje de un libro. Mandar un whatsapp a tu madre. Un largo abrazo. El ronroneo de tu gato. La alegría de un perro con el que te cruzas por la calle. La risa de tu vecina. Una croqueta. Son secretos de felicidad que todos tenemos cada día.
Al sintonizarnos de manera consciente con experiencias agradables y rutinarias, podemos transformar un momento que pasaría desapercibido en algo más significativo. Según este estudio publicado en Nature Human Behavior, valorar las experiencias de la vida, también llamado la apreciación experiencial, nos hace más felices. Y pasa hasta con las relaciones. Esta investigación descubrió que las parejas que celebran pequeñas cosas con regularidad tienen vínculos más fuertes y felices.
Según el psicólogo Philip Watkins que estudia la alegría, la gratitud y la felicidad en la Universidad Eastern Washington, sentir está alegría está fuertemente asociado con el bienestar subjetivo, que es esencial para el florecimiento humano. Afirmaba en The Washington Post que "si no eres capaz de ver lo bueno de tu vida, siempre estás abrumado por lo malo de tu vida, probablemente no te prepararás para experimentar la alegría".
En uno de sus últimos estudios descubrió que cultivar la gratitud es otra forma de cultivar la alegría, así que solo tenemos que mirar cada día como si fuera un día de boda y tratar de buscar en los pequeños momentos aquello que nos hace feliz como hacen en la filosofía hygge.
Se mueven y salen a la calle
Vivir en una gran ciudad no es excusa para que nos mantengamos en movimiento y tratemos de buscar esos pequeños rincones verdes que existen en todas las grandes urbes. Tal y como aseguran desde la Universidad de Harvard, el aire fresco y el ejercicio son una poderosa combinación que mejora el estado de ánimo, ya que se liberan hormonas que pueden reducir el estrés y proporcionarnos una sensación de bienestar.
Los niveles de serotonina, una de las hormonas clave de la felicidad, aumentan cuando los músculos se contraen en un patrón repetitivo (como cuando hacemos deporte) y unos niveles más altos de serotonina se asocian con un mejor estado de ánimo. De hecho, este estudio encontró que 90 minutos de actividad física a la semana producían mejoras en el estado de ánimo similares a las de un antidepresivo. El tiempo que pasamos en espacios verdes también mejora nuestro estado de ánimo, así que si el deporte lo practicamos al aire libre, mejor.
Aunque lo ideal es realizar al menos 30 minutos de ejercicio de intensidad moderada cinco días a la semana, si no te da tiempo piensa que un poco es mejor que nada. Puedes hacer una caminata de 15 minutos después del trabajo que además te ayudará a desconectar de la jornada laboral, lo que los alemanes llaman "Feierabend" y que es especialmente práctico si teletrabajas.
Tienen menos opciones para elegir
La teoría del armario de Bill Gates hace alusión a esto, a aligerar de alguna manera nuestras elecciones para disminuir el estrés. El magnate reduce la carga cognitiva reduciendo la toma de decisiones, porque tal y como nos explican los expertos de Harvard, “tener muchas opciones puede generar más preocupación”. Es más, las investigaciones han descubierto que las personas a las que se les dan más opciones tienen más oportunidades de arrepentirse, por lo que limitar algunas de las numerosas elecciones que hacemos durante el día puede resultar liberador.
Ahora que sabes cuáles son las tres, desde Harvard nos proponen elegir una, la que nos parezca más sencilla o más atractiva, y poner ese hábito en marcha durante una semana. Si uno o más nos hace sentirnos más felices, ¿por qué no seguir?
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