Todas las veces que Victoria's Secret la cagó intentando ser inclusiva antes de aceptar que no vale para ello

La mítica cadena de lencería estadounidense se planteara volver a cambiar su estrategia y recuperar "lo sexy"

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¡Shock en la industria de la moda! Y es que nadie se esperaba que Victoria's Secret fuera a fracasar en su rebranding inclusivo-feminista (nótese la ironía). Es algo que era evidente a cada nuevo movimiento de la firma. No obstante, la noticia es que la marca por fin lo ha admitido y dice que se rinde. Lo malo es que esto no significa necesariamente que vayan a cambiar sus valores por convicción en vez de por obligación, o que echen el cierre. Significa que, según ha publicado CNN, tienen intención de volver a lo que, en su momento, les funcionó, o eso a lo que ellos llaman "sexy".

Victoria's Secret y su concepto de diversidad

 

Tuvo que llegar Rihanna a hacerle la competencia con Savage X Fenty, sumado a otros factores, para que la mítica cadena de lencería estadounidense se planteara cambiar su estrategia e intentar recuperar a sus consumidores jóvenes. Una tarea difícil para una marca cuyo concepto de trabajar con una modelo plus size o curvy fue fichar a Barbara Palvin en 2019. Cierto es que la modelo no cumplía con las estrictas medidas con las que la marca solía trabajar entonces, pero, aún así, quedaba claro el escaso margen de apertura al que estaba dispuesto Victoria's Secret.

En los años sucesivos, hay que reconocer que han tenido algunos aciertos, como la campaña con la que se lanzó la “nueva” Victoria's Secret de mano de la jugadora de fútbol Megan Rapinoe y otras mujeres influyentes. También, por primera vez, vimos posar con su lencería a una mujer transgénero, con Valentina Sampaio. Esto hasta provocó que Ed Razek, su mítico (y bocazas) director de marketing por fin presentara su renuncia.

Aún así, las campañas más recientes de la firma han contado con modelos como Hailey Bieber o Emily Ratajkowski, que bien podrían haber encajado en ese Victoria's Secret pre debacle como su "arriesgado" concepto de apuesta alternativa. Y es que, por mucho empeño que pongan, algo no termina de encajar en su estrategia. Resulta demasiado impostada. Aunque también es difícil resultar creíble después de décadas de cosificación y de que uno de tus ejecutivos haya afirmado públicamente que las modelos plus size y transgénero nunca iban a tener cabida en la "fantasía".

 

Del desfile más hortera

En 2019 también se canceló su tradicional desfile navideño, que había empezado en 1995 y dejado en la pasarela momentos y looks míticos con "ángeles" de la talla de Naomi Campbell, Gisele Bündchen, Heidi Klum o Tyra Banks, entre muchísimas otras top models. Hasta que, este año, ha habido un intento de revivir el formato en una especie de desfile-documental en Amazon Prime que recuperaba ese male gaze distintivo de sus desfiles de toda la vida, pero más refinado, y con unas gotitas de inclusión.

Sin embargo, este especial ha pasado desapercibido. Fue el mes pasado, con el desfile de la Semana de la moda de Nueva York, donde presentaban su nueva línea de ropa interior inclusiva cuando volvieron a recibir un aluvión de críticas por su evidente falta de un correcto entendimiento de la inclusividad. Y es que muchos se preguntaron por qué había que hacer un show aparte para mujeres en sillas de ruedas o con extremidades biónicas en vez de que formaran parte del principal.

 

Además, ninguno de estos esfuerzos de Victoria's Secret le ha servido para aumentar las ventas. Según los datos que maneja la CNN, la marca proyecta ingresos de 6.200 millones de dólares para este año fiscal, lo que supone aproximadamente un 5% menos que el año anterior y que está muy por debajo de los 7.5 mil millones de dólares que hizo 2020.

Este es el contexto en el que Victoria's Secret se ha rendido y ha anunciado que quiere volver a hacer bandera de lo "sexy". Aunque su Presidente, Greg Unis, matizó hace unos días en una reunión de inversores que "lo inclusivo también puede ser sexy". Algo que teniendo en cuenta los antecedentes detallados nos suena más amenazador que esperanzador. Así que al menos esperamos que no se traduzca en que, en lugar de cosificar a mujeres normativas, también lo van a hacer con las que en el pasado se salieron de su radar.

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