El microondas es el electrodoméstico de la cocina que más tiempo nos ha ahorrado en las últimas décadas, junto con la lavadora. Sin embargo, hay que saber usarlo correctamente y somos muchos los que desconocemos qué se puede o no meter en él, más allá de que el metal está tajantemente prohibido. Lo cierto es que, lo sepamos o no, no todos los alimentos soportan bien ser recalentados. Cada técnica de cocción produce en los alimentos alteraciones en su textura, sabor, aspecto e incluso valor nutricional.
Por ejemplo, la Agencia de Normas Alimentarias británica (FSA) recomienda que los alimentos se recalienten una sola vez. Esto se debe a que los nutrientes disminuyen durante el proceso de calentamiento, sobre todo las vitaminas B y C. Además de que aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria. Además, también hacen alusión a que lo ideal es descongelar los alimentos dentro de la nevera en lugar de usar el microondas siempre que sea posible.
Huevo con cáscara
El interior del huevo se calienta provocando una gran cantidad de vapor de agua que no será capaz de salir por los poros de la cáscara, lo cual puede hacer incluso que el huevo explote dentro del microondas. Un estudio publicado en 2017 en Science Daily lo avala.
En su lugar, se recomienda descongelar los huevos dejándolos unas horas dentro de la nevera (puedes dejarlos la noche anterior para asegurarte de que se descongelen completamente) y cocinarlos y comerlos en las 24 horas siguientes.
Pimientos y guindillas picantes
Congelar pimientos picantes y guindillas es un procedimiento ideal para que conserven su frescura a lo largo del tiempo: si los almacenamos de forma correcta podremos guardarlos hasta seis meses para consumirlos con todo su sabor intacto.
Eso sí, ojo con no descongelarlos en el microondas: el rápido calentamiento hace que se libere en el aire una sustancia llamada capsaicina (la responsable de su sabor picante) que hará que muy probablemente te lloren los ojos y te pique la garganta. En su lugar, descongela en la nevera durante el tiempo suficiente.
Brócoli, espinacas y otras verduras
Hay verduras que pierden la mayor parte de sus propiedades cuando se recalientan. Es el caso, por ejemplo, del brócoli, las remolachas, las espinacas o los rábanos. Los nitratos naturales que contienen estos alimentos, que son muy beneficiosos para la salud, pueden convertirse en nitrosaminas, que pueden ser cancerígenas, según apuntan algunos estudios.
Frutas
Como sucede con los huevos, las frutas contienen una gran cantidad de agua y se corre el riesgo de que se convierta en vapor al calentarse y, al no encontrar salida, haga que la fruta acabe explotando. ¡Paciencia y a la nevera!
Arroz
Es importante conservar el arroz refrigerado en la nevera antes de que se vuelva a calentar. Y es que, cuanto más tiempo se deje a temperatura ambiente, más riesgo hay de que sobrevivan esporas de la bacteria Bacillus cereus, que puede causar intoxicación alimentaria. Según investigadores de la Universidad de Cambridge, si el arroz pasa demasiado tiempo a temperatura ambiente, las bacterias se multiplican.
Foto de portada | BINGYEN STUDIO en Unsplash
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