Echarle los posos de café, cáscaras de huevo y otras sobras de comida a tus plantas podría estar matándolas

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Existe una variedad de viejos trucos de la abuela y remedios caseros heredados de familia que llegan a contarse incluso en la floristería o vivero de donde salimos con plantas y flores que nos animan a alimentarlas con sobras de comida. Es una atractiva idea ecológica de aprovechamiento y sostenibilidad que apelan a lo supuestamente "natural". Sin embargo, ya sabemos que no todo lo natural es bueno. Ni siquiera para la propia naturaleza.

Ni los posos del café, ni la piel de las frutas ni la cáscara de huevo: olvídate de echar sobras a tus macetas, jardineras o huerto. No solo no sirve de nada sino que podrías estar incluso dañando a las plantas, matándolas poco a poco o provocando el desarrollo de hongos, bacterias e insectos.

En primer lugar, no existe ninguna evidencia científica que demuestre que algo como los posos del café o la cáscara de huevo pueda tener ni un mínimo beneficio en la tierra de una planta. Pero es que, por otro lado, tampoco resulta inocuo, por lo que no sirve la idea de "bueno, como tampoco me cuesta nada echarlo, igual algo sí hace". En este caso, el remedio puede ser peor que la enfermedad.

Priscilla Du Preez

Este tipo de mitos  se basan en la idea de que los alimentos que nosotros ingerimos tienen vitaminas y minerales que también las plantas pueden aprovechar. El problema es que las plantas no tienen un sistema digestivo como el nuestro, ni las mismas exigencias nutricionales.

Eduardo Barba, investigador botánico y jardinero experto en su sección Meterse en un jardín del programa de radio Hoy por Hoy lo ha explicado en más de una ocasión. Las plantas necesitan que los nutrientes sean previamente descompuestos, pues no son capaces de absorber directamente la materia orgánica. Es decir, lo que sí podemos es hacer compost con las sobras orgánicas de la comida y, una vez descompuestas, gracias a la acción de microorganismos, sí podemos usarlo como abono natural.

Devin Avery

Lo otro, además de no servir para nada, pueden afectar negativamente a la salud de nuestras plantas y huertos. Barba ha comenta el peligro de algunos de los remedios más populares:

Posos de café

La cafeína es un estimulante que puede dañar a la salud de las plantas. También suele acumular humedad en la tierra cuando echamos los posos directamente desde la cafetera, generando hongos o atrayendo microorganismos.

Canela

Echándola pulverizada en polvo o disuelta con agua; en las raíces o las hojas, se cree que sirve para combatir los hongos. Sin embargo, no tiene ningún efecto fungicida realmente. Los hongos terminarán por desarrollarse sin problema.

Cáscara de huevo

Es rica en minerales, pero no se descompone, ni tiene calcio que puedan aprovechar las plantas (ni siquiera triturada). Además, a menudo conservan restos minúsculos de huevo que podría generar pudrición o atraer insectos o bacterias.

Agua de cocer verduras, caldos y zumos

Por mucho que tenga vitaminas y minerales, no tienen ningún beneficio para las plantas. Si, además, tiene sal u otros aditivos, por muy poca que sea, puede matar a la planta. Y, habitualmente, provocan pudrición de las raíces y un exceso de humedad en la tierra.

En el caso de que nuestras plantas tengan falta de nutrientes, hay que acudir a abonos orgánicos específicos. Cuando el problema es un hongo, la solución son los fungicidas. Las plagas de insectos como mosca blanca, pulgones o arañas exigen tratamientos específicos, así como las enfermedades concretas de cada planta. Ante la duda, lo mejor es acudir a un profesional. Por lo demás, las sobras de comida, al contenedor correspondiente de desechos orgánicos.

Foto de portada | Prudence Earl

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