Claudia Nicolasa, psicóloga, sobre el efecto Miguel Ángel en pareja: “Provoca que sabotees eso que tanto deseas”

Había una vez una chica que después de varias relaciones desastrosas, de que le rompieran el corazón y de pasarlo realmente mal en el amor, decidió que en lugar de buscar al mismo tipo de hombre, daría una oportunidad al amor de otra forma. Se alejaría de esos perfiles de hombre y buscaría un hombre bueno y dulce que la amase como realmente merecía. Un hombre que cuidase de ella, que la quisiese como es. Al llegar ese amor dulce, ella se dejó llevar, pero a la protagonista de esta historia se le olvidó algo: los mitos del amor romántico le hicieron creer que drama es sinónimo de amor. Al vivir la calma de una relación sana, empezó a sentirse desubicada.

Sin darse cuenta empezó a provocar discusiones, a poner a prueba a su pareja, a sabotear momentos bonitos y a generar tensión donde no la había. Es lo que la psicóloga Claudia Nicolasa llama el efecto Miguel Ángel en pareja. La experta en relaciones de pareja y autora del libro ‘Es manipulación y no lo sabes’, lo explicaba en un vídeo en sus redes sociales y añadía que “provoca que sabotees eso que tanto deseas”.

El efecto Miguel Ángel en las relaciones de pareja

Este efecto del habla Nicolasa dice que cuando venimos de relaciones tóxicas, difíciles o conflictivas, es habitual que elijamos a una pareja muy distinta a la que teníamos antes “para no volver a sufrir el mismo dolor”, pensando de manera errónea que será una garantía de que vamos a estar bien. Pero como bien explica Nicolasa, “la realidad es que no basta con elegir mejor. Hay que identificar qué aprendizajes y qué esquemas relacionales llevamos dentro”. Es decir, hace falta un trabajo propio en el que pensemos qué ocurre y cómo vemos en realidad el amor.

Según la experta, aunque la relación sea sana, bonita y segura, “tu sistema relacional se encuentra incómodo”. Y se encuentra incómodo porque no entiende esa forma de amor como amor. “Está acostumbrado a identificar el amor y la pasión en dinámicas tóxicas, por lo que te va a hacer sentir aburrido, insatisfecho y vacío en esa relación tan sana que siempre anhelabas”. Buscabas un amor sano y cuando lo tienes, caes en la trampa que los mitos del amor romántico han creado para ti, como que es necesario sufrir en el amor. 

Cuando percibes esa calma propia de una relación saludable, una en la que no sufres, “comienzas a realizar acciones para activar dinámicas tóxicas en esa relación tan sana y bonita”, explica Nicolasa, y lo haces”para poder traer al presente aquello que en el pasado asociaste a enamoramiento”. Provocas a tu pareja, saboteas la relación y generas conflictos   de forma consciente y deliberada. Tu manera de entender el amor es la que te insta a hacerlo, pero como asegura Nicolasa, “nadie quiere de forma racional y lógica tener relaciones conflictivas. Pero cuando a nivel emocional tienes eso grabado y no has trabajado en deshacerlo, por mucho que cambies de pareja, de un modo u otro, sabotearás eso que tanto buscabas”. 

La psicología tras ese efecto

Lo que explica Nicolasa con el efecto Miguel Ángel, como lo ha bautizado la experta, es una convergencia de varios conceptos psicológicos. Más allá de la teoría del apego que tanto influye en nuestras relaciones y que pudo provocar que aprendiéramos que el amor es sinónimo de intensidad, amenaza o incertidumbre (haciendo que interpretemos la calma como desinterés o falta de pasión, aunque sea lo opuesto). En el caso de que exista un apego no seguro, el problema no tiene por qué ser la pareja, sino que el sistema de apego está desregulado.

A esto hay que sumarle la compulsión a la repetición de Sigmund Freud, una tendencia inconsciente a repetir dinámicas relacionales dolorosas del pasado. Lo hacemos no porque nos gusten, sino porque el sistema psíquico intenta dominar lo que antes fue traumático para darle un final distinto, o simplemente moverse en algo que conoce, aunque duela. Es uno de los motivos por los que una relación sana se siente “rara” o aburrida, porque nuestro cuerpo y nuestra mente no identifica esa calma como amor.

También entra en juego la existencia de esquemas relacionales desadaptativos que explica la teoría de los esquemas. Cuando una relación no activa esquemas como el abandono, el abuso o la desconfianza, sentimos que no hay “chispa” e intentamos reactivarlos saboteando la relación para sentir que entonces sí es amor. El autosabotaje relacional inconsciente es una regulación emocional aprendida que hacemos sin darnos cuenta, pero detrás de ese intento por buscar la “pasión” a través de la provocación o la pelea con nuestra pareja, puede estar incluso un vínculo traumático.

La forma de evitar que caigamos en el efecto Miguel Ángel es identificar esos patrones de amor que tienes grabados a fuego para replantearlos como realmente deberían ser. Como bien nos explicaba la psicóloga Iria Reguera, “nos enseñan desde bien pequeñas que el amor tiene que ser super intenso, te tiene que dar mariposas, te tiene que poner nerviosa, tiene que ser emocionalmente devastador. Y no, eso se llama ansiedad, no amor”. 

La buena noticia es que igual que aprendimos (y nos creímos) esos mitos del amor romántico, podemos aprender a amar de forma saludable para que no sintamos que ese amor sano no es amor.

Nota: algunos de los enlaces de este artículo son afiliados y pueden reportar un beneficio a Trendencias.

Fotos | Editorial Zenith 

En Trendencias | Los mejores consejos para superar la ruptura de una pareja a la que aún amas

En Trendencias | Amigos con derechos: todo lo que debes hacer para que salga bien