La silueta del vestido no le hacía toda la justicia que su cuerpo merece, pero el tono carmín la iluminaba como su rostro requiere: el rojo es definitivamente el color que mejor le sienta a Penélope Cruz. Si ya se lo dije yo, "Pe, a los Oscar de rojo y a triunfar". Obviamente, no me hizo caso (ni falta que le hizo), pero parece que mi consejo no cayó en saco roto y para la presentación mundial de su próxima película, lo ha elegido como compañero.
Sacó lo mejor de ella en su primera portada (en solitario) en Vogue, y lo ha vuelto a hacer en la rueda de prensa que la española daba esta misma mañana en compañía del reparto al completo de Los Abrazos rotos, Almodóvar a la cabeza.
Y es que tirando de cliché, la hace muy racial, y con la melena suelta, y bien peinada (que no siempre el caso, y no sé qué dirán sobre eso los señores de L'Oréal), el contraste es perfecto. ¿Queréis verla entera?
Como decía, el color hace mucho pero la silueta lo es casi todo, y si bien el corte de este vestido, recto, lápiz, de cuello cerrado y manga larga pero con ligero escote en la espalda (muy parecido a uno de su propia colección del año pasado, que llevó justamente a la presentación en Ibiza de ésta), y firmado por Versace (quién también firma sus peep toes nude), no acaba de ajustarse bien a su cintura.
De todos modos, Pe, cuando sacas la vena a mitad de camino entre Raimunda y Maria Elena, así, sencilla, muy de estar por casa, sin aspavientos ni comparaciones con otras divas, es cuando mejor estás.
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