Todos los veranos, la misma pregunta: ¿cómo un ser tan minúsculo puede ser tan molesto? Hablamos, por supuesto, de las moscas de la fruta (también conocidas como moscas del vinagre o por su nombre científico: drosophila melanogaster). Unas diminutas okupas que aparecen de la nada allí donde hay comida, en cuanto llega el bien tiempo, y que no parecen tener kriptonita...
Pero sí la tienen. De hecho, hay un truco que es tan sencillo como efectivo si ya te has desecho de toda la fruta madura y dado una buena limpieza al cubo de la basura y aún así siguen apareciendo moscas de la fruta por doquier. Lo mejor es que solo se necesita agua hirviendo.
A pesar de su nombre, las moscas de la fruta no se alimentan únicamente de melocotones pochos y plátanos olvidados. Lo que de verdad les gusta es la fermentación, la humedad y los restos orgánicos. Así que uno de sus nidos favoritos se esconde en el desagüe del fregadero, ese agujero negro en el que nunca falta ni el agua ni los restos de comida. Así que, mientras piensas que el problema está únicamente en tu frutero, pueden haber despositado una ristra de huevos en tus tuberías sin que lo sepas.
Básicamente, tenemos que hervir agua en una olla grande y, después, verterla poco a poco por el desagüe del fregadero. De este modo, cuando vertemos agua hirviendo por el desagüe, estamos eliminando todos los huevos y larvas que puedan estar creciendo en la oscuridad de nuestras tuberías. Además, de paso, el agua caliente arrastra los posibles restos orgánicos que les sirven de alimento. No es que sea una solución definitiva, pero ayuda. Sobre todo, hay que se constante y repetir el proceso periódicamente.
Foto de portada | Karol007
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