No podía faltar. Cuando Ascot hace su aparición, los sombreros y tocados más bonitos y los más estrafalarios también. Y no podía faltar que hablara de ellos, más en época de bodas, bautizos y fiestas. Quieras o no quieras en algún momento habrás de llevar tocado, pero no sé si como estos.
Hacen bien. Si yo fuera inglesa como el té y fuera a Ascot también me plantaría sobre la cabeza lo más llamativo. Los blogs me sacarían y me haría famosa, aunque fuera solo por un momento. Los tocados en Ascot son como las pamelas en una boda de mañana, omnipresentes.
Me ha encantado este floripondio con el tampaño de Japón. Yo lo llevaría de día, por la calle y en el metro. Y si alguien osara a pedirme que separe mi flor de pitiminí de su careto, porque no le dejo ver el semáforo, le diría... pero ¡qué ascot!
Claro que estas señoritas yo no sé si cruzan semáforos o van en siempre en esos taxis ingleses tan molones en los que parece que te va a abrir la puerta un mayordomo con acento de Cambridge. Un año más Ascot 2014 es el centro, más bien la cabeza del mundo de los caballos. Y mientras unos ven carreras, otras se estampan o ganan gracias a flores, tules, redes, y aviones en la sesera.
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