Es la película que más me arrepiento de no haber ido al cine. Ahora está en Netflix y ya la he visto dos veces

'La trampa' llegó a Netflix y, para sorpresa de nadie, se ha colocado automáticamente entre las películas más vistas de la plataforma. De M. Night Shyamalan, es una de esas cintas palomiteras que, sin dejar de tener sus fallos, se disfruta muchísimo. Aunque está muy lejos de ser 'El sexto sentido', parece que este director es incapaz de aburrir.  Aunque puede que algunos la ven ridícula, yo la describiría como un thriller entretenidísimo con el que me lo pasé en grande.

La premisa es simple pero juguetona: Cooper, interpretado por Josh Hartnett, es un padre aparentemente normal pero que esconde un secreto brutal. Nadie sospecha que es un asesino en serie conocido como El Carnicero. El espectador lo descubre pronto, igual que él mismo descubre que el concierto de la estrella pop (ficticia) del momento, al que acude con su hija, resulta ser una trampa organizada por el FBI para capturarlo. 

La idea está inspirada en Operation Flagship, una operación real realizada en Washington D.C. en 1985 donde se engañó a fugitivos con un evento deportivo para detenerlos. Shyamalan tomó esa premisa y la convirtió en un juego de tensión en un concierto que podría haber sido perfectamente el Eras tour de Taylor Swift.

La crítica estuvo dividida y mientras que hubo quien dijo que era una de las películas más entretenidas que Shyamalan había hecho en años, también hay quienes la encontraron decepcionante. No obstante, tiene capacidad para mantener al público enganchado al suspense, a pesar de que los personajes no destacan por tener mucha profundidad. 

Si no esperas una gran obra maestra, 'La trampa' es entretenimiento con nervio. Y en ese sentido, el casting de Josh Hartnett es un pequeño regalo. Aquí pasa algo parecido a lo de Hugh Grant en 'Heretic': hemos tardado mucho en darnos cuenta de lo bien que funcionan en un papel de villano. Hay algo en ellos, tal vez esa simpatía inicial o ese magnetismo amable, que vuelve aún más inquietante el contraste.

Si buscas una película para ver con palomitas este fin de semana de Halloween, comentar el absurdo, dejarte sorprender un poco y quedarte con la sensación de haber pasado un buen rato, 'La trampa' cumple. La clave está en verla como lo que es: Shyamalan jugando otra vez a su juego favorito y moviéndose entre el suspense, el espectáculo y la pura travesura narrativa.

Fotos | La Trampa

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