A sus 73 años y con una carrera plagada de éxitos, Sean Connery tuvo que efrentarse a un proyecto que lo hizo replantearse su continuidad en la indutria. Según relató en The Times y recoge Sensacine, una pequeña producción se convirtió en una experiencia tan catastrófica para el actor: "Fue una pesadilla. Estoy harto de tratar con idiotas".
Connery llevaba media vida pulida por Hollywood, pero aquel rodaje le resultó insoportable. El conflicto surgía por cosas ridículas: un día completo se suspendió la grabación porque el director consideraba que una pistola de utilería "no lucía bien", lo que enfureció muchísimo al actor.
La tensión alcanzó tal punto que Connery no dudó en llamar "loco" al director Stephen Norrington en una ocasión: "On the first day I realized he was insane", declaró con dureza, consciente de estar hablando de un profesional que lo ponía todo patas arriba.
La gota que colmó el vaso fue que, al terminar el rodaje, él y Norrington se despidieron sin mirarse ni tener ganas de volver a verse. La experiencia había sido tan mala que él mismo se planteó dejarlo todo: "Después de esto quizá no vuelva a actuar", confesó.
Aquel proyecto fue La liga de los hombres extraordinarios (2003), una adaptación de cómic que acabó siendo su última película con personajes interpretados en pantalla. El actor explicó sin tapujos que el director ni siquiera acudió al estreno en Las Vegas, y ante la prensa se burló: "Mirad en el psiquiátrico local".
¿Quién era el complicado Norrington?

Stephen Norrington era, por entonces, un joven director británico conocido por su trabajo en películas como Blade(1998), que fue un éxito inesperado de acción vampírica y le valió fama de creativo atrevido. Sin embargo, su talento visual iba acompañado de una personalidad difícil y un carácter errático que lo convertía en un reto para cualquier actor veterano. Durante el rodaje de La liga de los hombres extraordinarios, mostró una actitud que muchos calificaron de intransigente, caótica e incluso despectiva hacia el propio equipo, incluido Connery.
Se decía que Norrington tenía frecuentes enfrentamientos con el equipo técnico, paralizaba escenas por detalles insignificantes y se negaba a escuchar sugerencias o adaptarse a los tiempos de producción, lo que generó retrasos y un clima de crispación constante. El rodaje se convirtió en una guerra de egos, en la que Connery, acostumbrado al orden y al respeto, terminó completamente agotado. Norrington, por su parte, desapareció del mapa después del estreno de la película: no ha vuelto a dirigir desde entonces, como si aquella producción hubiese quemado a ambos por igual.
Fotos | Muppet.fandom / Gtres
En Trendencias | Estos son los 8 hijos que Mike Jagger ha tenido con 5 mujeres diferentes
En Trendencias | Estos son los 7 hijos de Kevin Costner y a qué se dedica cada uno
En Trendencias | Doce botas que son tendencia este 2025: de las blancas setenteras a las doradas y plateadas más glamourosas
Ver 0 comentarios