Este bonito y misterioso pueblo, a dos horas de Barcelona, es una villa llena de historia en la frontera con Francia que necesitas descubrir

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Portbou se encuentra, exactamente, en el límite fronterizo con Francia, una singular ubicación que hace que sea el primer o el último pueblo (según se mire) de nuestro país. Un hecho que, a partir de finales del siglo XIX, convirtió a la localidad en uno de los principales accesos a España y en un importante nudo de comunicaciones. Precisamente, su estación de tren, construida en 1929, sigue siendo una de las construcciones más importantes de la villa. No obstante, inmersa en el abrupto paisaje de la Costa Brava, Portbou es una población de tradición marinera con numerosos atractivos naturales y una gran oferta de ocio en su litoral.

Si, como también le sucede a los expertos de National Geographic, Cadaqués te tiene enamorado, no puedes perderte una localidad cercana que se encuentra al nordeste de la comarca gerundense del Alt Empordà. Se trata de Portbou, un lugar que los amantes del misterio probablemente ya conozcan por el true crime de "la chica de Portbou" y los más culturetas por ser el lugar en el que el escritor berlinés Walter Benjamin se suicidó huyendo de la persecución nazi, en 1940.

De hecho, Alemania le dedica en esta localidad un precioso monumento ubicado en las puertas del cementerio de Portbou, en cuya fosa común acabaron los restos de este pensador y poeta de la Escuela de Francfort. Passatges tiene, precisamente, la estructura de un pasaje que desciende por un acantilado directamente hacia el mar. Una larga escalera que representa el tenebroso pasaje que tuvieron que atravesar las personas que, como él, intentaban escapar de la barbarie hacia la vida, representada aquí por el mar.

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Pero Portbou es mucho más que su historia. Es un tradicional puerto pesquero que se asienta en un soleado valle de la Costa Brava. El casco histórico se encuentra rodeado por un litoral de acantilados y abruptas laderas cubiertas de vegetación y está presidido por la iglesia neogótica de Santa María.

Ubicada cerca de la estación de tren, se fecha a finales del siglo XIX, cuando fue construida la estación de tren y la línea ferroviaria en dirección Francia. En este contexto y, con el fin de dar servicio religioso a los trabajadores relacionados con el ferrocarril, se impulsó la edificación de este templo mediante financiación privada.

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En su costa, por otro lado, se suceden tranquilas playas y recoletas calas como las de les Rates, Cala del Pi, Les Fresses, Playa de Claper o Playa Gran, una de las principales de la localidad. Además, se caracteriza por tener unas aguas transparentes y unos fondos rocosos que permiten la práctica del buceo o la natación.

Por su parte, el puerto cuenta con excelentes instalaciones orientadas a una amplia gama de deportes náuticos, como la navegación a vela o las canoas para los más aventureros.

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