España tiene su propio Orient Express: así es el tren de lujo que va de San Sebastián a Santiago de Compostela

En funcionamiento desde los años 80, el Transcantábrico se ha convertido en todo un referente dentro del panorama de los trenes históricos europeos

Transcantábrico
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Nacho Viñau

Editor

Imagina viajar en un tren histórico recreando los felices años 20... Vagones de principios del siglo XX, paisajes de montaña, paradas en algunas de las ciudades más bonitas del norte de España, alta gastronomía... Este es el cóctel que permite que el Transcantábrico Gran Lujo se haya convertido en todo un referente dentro del panorama de los trenes históricos europeos, junto al Al Andalus.

Y el hecho de que recorra la Cornisa Cantábrica de punta a punta hace que el viaje sea todavía más espectacular gracias a los paisajes de los que se puede disfrutar mientras se viaja, y de las ciudades en las que el tren hace parada dentro de esa ruta ferroviaria.

Vagones de los años 20 utilizados por la aristocracia inglesa

Transcantábrico

El Transcantábrico, que empezó a circular en julio de 1983 entre León y Matallana de Torío, fue el primer tren turístico español, y el primero de ancho métrico del mundo. En la actualidad, este tren destaca por los vagones históricos que conforman el convoy, en los que se acomodan las áreas sociales.

Se trata de cuatro coches Pullman originales de 1923, utilizados en su momento por la aristocracia inglesa para viajar desde Calais hasta la Costa Azul. Estas joyas del patrimonio, decoradas y ambientadas para dar servicio en este tren, conservan muchos elementos art decó de la época, como la marquetería o los apliques.

En estos vagones históricos es donde se sirve diariamente los desayunos a la carta, las comidas y cenas, con menús donde la gran protagonista es la cocina tradicional de las comunidades cantábricas que atraviesa la ruta.

Tren Transcantábrico

Además del restaurante, los vagones históricos acogen una sala de té, un coche pub en el que hay música en vivo cada noche, o un salón panorámico acristalado para disfrutar del paisaje, junto a distintas zonas para leer o para conversar tranquilamente.

En los otros vagones del tren, de fabricación más moderna, se sitúan las 14 suites, una cifra muy baja en comparación con otros trenes similares como el Orient Express. Cada una de estas suites cuenta con salón, dormitorio y un baño privado.

Tres recorridos diferentes

La ruta principal del Transcantábrico, de ocho días y siete noches, conecta San Sebastián con Santiago de Compostela, aunque también es posible optar por itinerarios más breves de cuatro días, que cubren el trayecto entre Santiago y Gijón o entre Oviedo y San Sebastián. En el caso de las rutas cortas, tan solo hay un par de viajes al año.

Para conocer las distintas ciudades que el tren atraviesa, se hacen paradas desde donde parten visitas turísticas y culturales en autobús para conocer el patrimonio histórico artístico de localidades como Comillas, Gijón, Santander, Ribadeo o Santillana del Mar. También se visitan lugares como el Santuario de Covadonga, la Playa de las Catedrales o la neocueva de Altamira.

Y como no solo de arte y naturaleza vive el ser humano, el Trancantábrico también organiza comidas cenas en algunos restaurantes de las ciudades que visita, como complemento a la oferta gastronómica que se cocina en el propio tren.

Además, a diferencia de otros trenes de lujo similares, en el Transcantábrico no se realizan desplazamientos nocturnos para que los viajeros puedan descansar con comodidad. Y eso también es una ventaja para no perderse ninguno de los paisajes que atraviesa el tren.

Fotografías | Renfe

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