Tengo más de 30 años y estoy luchando contra el tópico de que a más adulto menos amigos tienes

Tengo más de 30 años y estoy luchando contra el tópico de que a más adulto menos amigos tienes
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Muchos amigos en Facebook, pocos en la vida real. ¿Es el mal de nuestros días? Según cumplimos años, la tendencia a perder amigos va en aumento y el punto de inflexión se marca en los 25 años, según los estudios. Pasas de tener una enorme cuadrilla del instituto o de la universidad de la que quedan solo dos o tres amigas con las que te ves habitualmente.

¿Realmente es tan complicado hacer amigos más allá de la treintena? Estoy dispuesta a luchar contra el tópico y creo que lo único que cambia es la forma de hacer nuevos amigos.

Los amigos de los 20 años

Parece que la universidad, los erasmus y los másters que vamos haciendo en la juventud son el lugar perfecto para hacer amigos o incluso encontrar pareja. Un concierto, la inauguración de un nuevo bar o cualquier evento es excusa suficiente para hacer una gran quedada a la que asista media clase y salir de fiesta todos juntos.

Hacer botellón, sujetar la puerta del baño a tu amiga para que no entre nadie o esperar una taxi juntas a las seis de la mañana une mucho. Pero las promesas de amistad eterna cuando estás hasta arriba de cubatas se desvanecen con el paso de los años.

Amigos que se quedan por el camino

Llegan los primeros trabajos, demasiado absorbentes porque tienes que hacer méritos, la gente que se va de la ciudad en busca de un futuro mejor, como mi amiga Lourdes que se fue a vivir a Barcelona, o que se echa pareja y ya no vuelves a saber nunca más de ella, como mi amiga Eva que desde que se echó novio desapareció del panorama. Un estudio echaba la culpa a las relaciones amorosas de que dos de cada tres norteamericanos hubiera perdido el 90% de sus amistades en la última década.

Lo cierto es que vamos cambiando y evolucionando con los años. Las aficiones, los intereses y el estilo de vida puede cambiar. Lo que te apetecía con 20 igual ya no te apetece con 30 años. Así perdí a Inés, que quería bailar hasta las tantas de la madrugada como con 20 años mientras yo prefería cena y cine en plan tranquilo. Y a Bea, que desde que se ha vuelto runner no piensa más que en preparar carreras y su vida sana parece que es incompatible con tomarse unas cervezas y comer juntas.

Además, el número Dunbar establece que el ser humano tiene un límite de relaciones estables que es capaz de mantener. Unas 150 de media a lo largo de nuestra vida. ¿Puede que a los 30 alcancemos el límite y de ahí todo vaya cuesta abajo?

Amigos en la treintena

Así te plantas con 30 años y cada vez menos opciones para quedar. Hay gente que quizás tenga mucha facilidad para hacer amigos, y parece que las clases de pádel o de zumba son la opción perfecta para conocer gente. Sin embargo, yo bastante tengo con respirar y no pisar a mi compañera como para andar haciendo amigas.

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Tampoco hice amigos con las clases de cocina, y eso que ayudé a hacer sushi a todo el que lo necesitara, y en algunos trabajos no conseguí conectar con nadie (o terminaba hablando solo de trabajo).

Pero hay otras circunstancias que sí que me ayudaron a hacer amigas: me reencontré con una vieja amiga del colegio en clases de francés, a través de twitter conocí a Pilar con quien tengo muchas cosas en común, en otros puestos de trabajo coincidí con gente que sí merecía la pena, y las tardes de parque juntas cuidando de los niños pequeños hacen que las madres formemos un nuevo equipo. Ellos juegan juntos mientras nosotras nos desahogamos.

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Las redes sociales pueden ayudarnos también a conectar con personas con intereses y circunstancias en común. Es cuestión de dar con el grupo que se ajuste a tus gustos, y dentro de él siempre hay gente con la que conectas más. Eso sí, tienes que vencer la pereza de quedarte en casa, el pánico escénico de pensar "qué pinto yo aquí" y abrirte a contar cosas de ti y a escuchar a los demás.

Las claves para ampliar el círculo de amistades según explica Elizabeth Bernstein, en su artículo La ciencia de hacer amigos, publicado en The Wall Street Journal, son:

  • Ampliar el horizonte de búsqueda, no quedarnos en nuestro círculo fijo.
  • Hay que abrirse y no tener miedo a mostrar emociones.
  • Seguir nuestras aficiones e intereses.
  • Ser constante. Igual si vas un día a una reunión no conectas con nadie, pero a base de coincidir varias veces puedes conocer a alguien a través de actividades continuadas.
  • Revivir viejas amistades. Puede que las circunstancias en determinado momento os separaran pero ahora puede tener ganas de volverte a ver.
  • Se un amigo cuando alguien te necesite. Las amistades profundas se forjan con momentos de comunicación y solidaridad.
  • Los amigos de mis amigos son mis amigos. Siempre te pueden presentar a alguien interesante.

Aunque lo más importante para continuar con los amigos más allá de los 30 es no olvidarte de ellos. Mantener el contacto no es tan difícil a través de Whatsapp y quedar para tomar un café tiene que convertirse en algo más que una frase hecha. Así conservo amigas desde el colegio o amigas con las que compartí piso hace mil años y sigo viendo de vez en cuando, aunque ya no vivamos en la misma ciudad.

Hay gente a la que hace mil años que no ves y cuando te reencuentras, parece que no ha pasado el tiempo. Te relajas, te muestras tal y como eres y la conversación fluye sin problemas como si la última vez que te viste fue ayer y no hace un año. Esos amigos son los que hay que cuidar y mimar para que nos duren hasta la vejez, al fin y al cabo, tener amigos alarga la vida.

Fotos | Big little lies

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