Este terapeuta habla desde su propia experiencia. Nos cuenta que fue infiel a su pareja hasta en dos ocasiones antes de darse cuenta de que sus “necesidades de conexión humana” no podían recaer por completo sobre su pareja, y fue ahí cuando entendió muchas cosas sobre el deseo, el consentimiento y las relaciones sexuales.
Eric Fitz Medrud es un psicólogo especializado en sexología y relaciones. Como él mismo explicaba en su libro “The Better Man: A Guide to Consent, Stronger Relationships, and Hotter Sex”, su especialidad es ayudar a los hombres a mejorar sus relaciones y su vida sexual aprendiendo a regular sus emociones. Pero lo cierto es que lo que enseña a los hombres en su libro, lo podríamos aplicar a nuestra vida cualquiera. En su libro nos enseña algo que más personas deberían saber sobre el sexo antes de intentar practicarlo.
La presión mata al deseo
Voy a contarte una pequeña historia antes de seguir. Hace años, con mi anterior pareja y en el primer estadío de nuestra relación, viví una dependencia emocional que no era sostenible ni para él ni para mí. A nivel sexual también hubo problemas. Cuando más me rechazaba, más insistía yo y de peores maneras me rechazaba él. Era una gran bola de nieve que se hacía más y más grande.
Mi autoestima sexual se veía mermada y la falta de sexo se convirtió en un auténtico problema. Yo no entendía que me rechazara constantemente, que no quisiera vivir esos intentos de intimidad conmigo y eso hacía que le presionara aún más, que me enfadara, que me sintiera resentida. Pero lo que no sabía es que a más presión, menos deseo sentía él.
Eric explica que regular las respuestas emocionales cuando una pareja te rechaza no siempre es algo sencillo. Esas respuestas erróneas como las que yo tenía, enfadada, resentida, y hasta retirándole la palabra con un silencio castigador por no querer tener sexo, tiene efectos en tu pareja. “Ese patrón negativo contamina cualquier invitación, oferta o iniciación de relaciones sexuales dentro de una relación que venga después. Cuando tu pareja se siente presionada, no hay lugar para que tenga su propio deseo, porque tu deseo está acaparando toda la atención.”
No podemos pretender que la persona con la que compartimos nuestra vida (y nuestra cama) tenga el mismo deseo que nosotros todo el tiempo. Y aunque, según la psicóloga Laura Martínez Alberola, "la abstinencia puede fomentar aún más la monotonía y falta de interés en la pareja", es vital que entendamos que el deseo no nace sin más y hay que cultivarlo cada día como si fuera una pequeña planta. Presionar a nuestra pareja es lo mismo que pisar esa planta.
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Fotos | Callie Morgan y Daria Litvinova en Unsplash
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