Cinco señales de que estás dando de más a tu pareja según la psicología

Para que nos sintamos cómodos y felices en una relación de pareja debe existir un esfuerzo por parte de ambos. Es más, la percepción que cada uno tiene sobre su propio esfuerzo y el de su pareja, se correlaciona con la calidad de la relación e incluso con su predisposición a la separación. Cuando hablamos de “dar demasiado” o “esforzarnos de más” en una relación, ya sea de pareja, amistad o familiar, no hablamos de amar intensamente, sino de dedica más recursos -como tiempo, atención, energía emocional, disponibilidad, preocupación o empatía- de los que la otra persona ofrece o incluso necesita. 

Esto provoca que se desdibujen los límites personales y que se confunda el amor con un sacrificio constante. La relación deja de ser un intercambio mutuo y se entra en una dinámica desigual. Lo ideal es encontrar un equilibrio saludable y una interdependencia. Según explica la psicóloga y sexóloga María Esclapez en su libro ‘Tu miedo es tu poder’, cuando existe interdependencia la relación es segura y ambos miramos tanto por la pareja como por nosotros mismos. Hay una parte de trabajo individual pero también de trabajo en pareja. Cuando uno de los miembros da mucho más, el equilibrio desaparece y pone en riesgo no solo la relación sino tu bienestar individual.

Empiezas a sentir resentimiento hacia tu pareja

Tenemos la costumbre de sacrificarnos por nuestra pareja aun sin que exista una reciprocidad anticipada. Y aunque el amor implica compromisos, no tiene porqué implicar sacrificios constantes realizados solo por una persona. Cuando los esfuerzos se convierten en unilaterales, el gasto emocional aumenta exponencialmente y podemos empezar a sentir resentimiento hacia la otra persona. Si nos sacrificamos demasiado, podemos llegar a pensar que nosotros lo damos todo mientras que nuestra pareja no se esfuerza nada y que ese pensamiento crezca en forma de rencor. 

Tienes miedo a no ser suficiente

Puede que lo empecemos a hacer por una necesidad de demostrar el amor, pero también por miedo al abandono o porque creemos que al hacerlo, nuestra pareja estará en deuda con nosotros o nos amará más. También lo hacemos por miedo a no ser suficiente. De hecho según este reciente estudio, el miedo más frecuente en las relaciones románticas es a no cumplir con las expectativas de la pareja. Es posible que ese miedo se demuestre sobrecompensando. 

Como explicaba el Dr. en Filosofía Mark Travers en Psychology Today, “la sobrecompensación ocurre cuando asumes más de lo que te corresponde, te esfuerzas constantemente más, tomas cartas en el asunto y haces cosas por los demás, incluso cuando no te lo piden” y se relaciona con “la creencia de que tu valor depende de lo que haces por los demás, más que de quién eres”.

Sientes mucha frustración y desilusión

Es algo natural sentirse frustrada, especialmente cuando la dedicación que das no vuelve, cuando no recibes respuesta, cuando no eres vista o cuando el agotamiento se acumula. Esa desilusión termina por generar un desgaste emocional que puede llegar a provocar la ruptura. 

Te sientes culpable al expresar tus necesidades

Como consecuencia de ese desequilibrio que ha provocado el dar demasiado en la relación, te ves envuelta en una dinámica de people pleasing en la que dices “sí” aunque no quieras, te cueste pedir tu espacio y te sientes culpable cuando priorizas tus propias necesidades. Incluso te cuesta decírselas a tu pareja porque te has acostumbrado a que la otra persona siempre sea la primera. 

Sientes agotamiento emocional 

Sacrificarse puede tener un coste negativo tanto para quien lo da como para quien lo recibe en una relación romántica. Quien recibe el sacrificio se siente agradecido, amado y aceptado, pero también culpable y en deuda. Para la persona que se sacrifica durante largo tiempo, lo que más se siente es agotamiento. Sientes que la relación te “chupa” la energía en lugar de nutrirte y te ves constantemente preocupada por el bienestar del otro, pero el tuyo queda en segundo plano.

Hay que dejar claro que dar demasiado no es culpa de nuestra pareja, es algo compartido. Nosotros tenemos responsabilidad en nuestros actos, así que si detectas que te ocurre, tal vez es el momento de hablar con tu pareja para arreglarlo y comunicar tus necesidades, o incluso para acudir a un psicólogo que nos ayude.

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Fotos | Clay Banks en Unsplash

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