8 conversaciones sobre sexo a las que ninguna pareja debería renunciar

10 temas de conversación a los que ninguna pareja debería renunciar
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“Es mucho más importante ser uno mismo que cualquier otra cosa”, decía Virginia Woolf. Pues bien, algo muy parecido ocurre en el sexo. Hablar de sexo implica entrar en terreno personal, que nos hace extremadamente vulnerables. Es cierto. Pero piensa una cosa: ninguna pareja aprende a base de silencios, ni de hacer como si no pasara nada. "Por mucho que dos personas se quieran, tu pareja no sabe leer tu pensamiento, ni tú el suyo", explica Sylvia de Béjar, escritora y experta universitaria en Sexualidad Humana y Educación Sexual.

Lo dicen los expertos: la comunicación es la base de toda relación. Obvio, ¿no? Pero… ¿y lo difícil que nos resulta a veces? Por eso, es fundamental que a lo largo de nuestras relaciones nos enfrentemos a una serie de preguntas que irán saliendo a la luz con el paso del tiempo.

La psicóloga clínica Elena García Vega nos cuenta que para abordar una conversación de este tipo es necesaria una comunicación asertiva. Es decir, “una comunicación sana, basada en hablar desde el yo pero respetando al otro”. El fin es “no dejar de expresar mis necesidades y valores, respetando también los suyos”.

1. Frecuencia sexual

¿Por qué a la gente le preocupa si la frecuencia de sus relaciones coitales está por encima de la media o no? "Para mí no hay duda: mejor calidad que cantidad", expone Sylvia de Béjar. Y añade que cuando esta pregunta resurja de sus cenizas será un buen momento para valorar si estamos cómodos con la situación actual, qué aspectos podemos mejorar y marcarnos pequeñas metas para no perder la llama bajo las sábanas.

García Vega entiende que lo que realmente nos preocupa sobre la frecuencia sexual puede estar determinado por la culpa. Es decir, o bien que uno quiera y el otro no; aunque también existe la tendencia (más bien un mito) a pensar que si no hay sexo la relación no está funcionando. 

La frecuencia coital puede generar interminables conflictos. Por eso, apunta que cada uno debe explicar cómo le afecta el tema y qué necesita para sentirse bien y por qué. “Lo que es evidente es que si no habláis de ello, no podréis solucionarlo y el abismo será cada vez mayor”, concluye.

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2. Posturas y prácticas sexuales

Prueba a explorar tu relación proponiendo nuevas posturas, explicándole cuáles te gustan más y por qué, cómo sientes más placer… “Aunque todo depende también de la ideología o forma de entender el sexo de tu compañero. Si es más conservador, pudoroso, más liberal, abierto…”, añade García Vega.

La psicóloga y sexóloga María Jiménez propone hablar después de un encuentro: ¿Cómo ha ido? ¿Qué nos ha gustado? ¿En qué podemos mejorar? ¿Podemos probar algo nuevo la próxima vez?

3. Sexo a solas

El sexo (entendido en cualquiera de sus variantes) es liberador, divertido y sano (y además tiene la bendición de la Organización Mundial de la Salud). Los terapeutas sexuales también recomiendan su práctica y, según nos confiesa María Jiménez, es bueno que ambos sepáis que es una práctica a la que podéis recurrir libremente. Por eso, ambos debéis daros el permiso de tener sexo a solas, incluso cuando la relación va viento en popa.

Jiménez recomienda no iniciar una conversación sexual si no se tienen las ideas suficientemente claras. Puede ayudarte mucho escribirlo o incluso practicar en voz alta cómo vas a abordar la conversación.

4. Igualdad en la intimidad

García Vega lo explica a la perfección: “La mujer tiene que aceptar su derecho a disfrutar igual que el hombre, tiene que creerse merecedora de placer exactamente igual que él. Si ve que en la pareja no fluye, ha de aprovechar un buen momento para comunicárselo”.

“He conocido a muchas mujeres que no terminan de creerse merecedoras de placer. También a muchas a quienes les da cierta vergüenza o reparo comunicarle a su pareja cómo llegar al clímax, etc.”, añade. Para comunicarlo, recoge, elige un ambiente relajado fuera de discusión, prueba con un vino…

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5. Tabúes y miedos

“En tu capacidad de darte permiso está la clave de todo”, explica de Béjar. Es una cuestión de confianza. "Poder proponer un trío, sexo anal, juguetes eróticos o todo tipo de temas dependerán en gran parte de la confianza que se haya forjado y de los valores que tenga cada uno”, añade García Vega.

No inicies un tema de conversación así si estáis cansados, enfadados o tensos. También es importante que dispongáis de tiempo para hablar tranquilamente, de forma que no os veáis obligados a dejar la conversación a medias.

6. Fantasías

Las fantasías sexuales son buenas no, buenísimas. De Béjar nos recuerda que en la mayoría de los casos compartirlas sirve para enriquecer la vida sexual de la pareja, porque podemos excitarnos juntos con ellas o, por ejemplo, escenificar alguna, incluso convertirla en realidad.

¿Cómo compartirlas? Tiene sus riesgos, por supuesto. Puede que lo que a ti te excita a él le disguste, le provoque celos y/o inseguridad. ¿Y cómo te sentarán a ti las suyas? A veces, no hay que ser del todo sincero. “Y no, no estás siendo hipócrita, estás cuidando de tu amado y de tu relación”, asegura.

Para tirar de imaginación, nos ‘obliga’ a recurrir a un manual absolutamente recomendable que la experta menciona: “El mundo íntimo de las fantasías sexuales femeninas”, de Wendy Maltz y Suzie Boss.

7. Cambios corporales

La forma en la que vemos nuestro cuerpo influye en nuestra autoestima, y en consecuencia, en nuestras relaciones sexuales. "Pasa de esconder tu cuerpo", advierte la sexóloga. Y lo más importante: "no le hables de tus dietas, de que no te gusta tu físico…"

No queremos fomentar esa inseguridad. ¿Sabías que la inteligencia, la imaginación, sonreír, el sentido del humor o la actitud también son súper sexys? Cuando te diga “qué guapa estás hoy” no contestes, no te infravalores, acepta el halago y cree lo que te ha dicho. Si el problema crece, no dudes en buscar ayuda psicológica.

8. Menstruación

García Vega recoge la importancia de que sea ella la que rompa el tabú y se sienta cómoda con la menstruación porque es algo natural.

Es importante que se hable, se normalice y que la pareja acuerde qué hacer en esos días, si ambos estáis satisfechos con la idea de practicar sexo durante esos días... y si alguno de los dos tiene algún reparo que se respete.

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Conclusión:

No te conformes si tu vida sexual no es como tú quieres. Si eres capaz de expresar tus deseos y necesidades practicarás más sexo y sentirás más placer... Y recuerda que la mejor actitud es pensar que gracias a estas conversaciones lo tendrás todo por descubrir de esa persona (y viceversa), y no sólo al principio de la relación, ¡sino siempre!

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