He perdido el apetito sexual y no sé cómo puedo gestionarlo con mi pareja

Person Covered With Gray Blanket
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Todas hemos pasado por una 'mala' racha. Y la bautizo así porque en el fondo muchas nos hemos sentido culpables de atravesar un periodo de falta de apetito sexual que, en realidad, está fuera de nuestro control. ¿Podríamos decir que nos hemos vuelto asexuales? "La idea de que la asexualidad es el resultado de que algo está mal o que de alguna manera algo se ha roto es incorrecta", defiende Brian Langevin, director ejecutivo de Ace Week.

Pero... ¿Cómo confesarle a nuestra pareja que no nos apetece acostarnos con ella? ¿Que ya no nos sentimos atraídas? ¿Que no queremos y punto? El primer miedo (muy común) que nos viene a la cabeza es empezar a pensar que nos hemos desenamorado. Sentir que mi relación se acababa y con ella todos esos recuerdos maravillosos (especialmente en la cama)... Sentir que los días de gloria han llegado a su fin.

Buscando el lado positivo de todo esto, los días de confinamiento podrían ser la excusa perfecta para practicar el ‘social distancing’ y ser un poquito responsables... ¿Y si este estado de asexualidad se convierte en una oportunidad para abrirnos a nuevas sensaciones y alejarnos de prejuicios e imposiciones que nos dicta la sociedad con respecto a las relaciones sexuales? Evidentemente, el sexo vende...

¿Pero qué entendemos realmente por ‘asexualidad'? Se trata de una orientación sexual con la que, por desgracia, todavía no estamos demasiado familiarizados a pesar de que García Márquez ya nos introdujo a Remedios en 'Cien años de soledad'... un personaje incapaz de sentir atracción por nadie. 

En 2014, 'Juego de Tronos' confirmó que el personaje Lord Varys era asexual. Sheldon Cooper también se cuela en la lista, alguien para quien el sexo era un mero trámite social. No experimentan atracción sexual hacia ningún género, pero por supuesto que se enamoran, desean relaciones emocionales como cualquier otro y, lo más importante, reivindican el derecho a no ser estigmatizados.

Existe poca información y apenas hay libros sobre el ‘ser asexual’, pero está claro que muchas de nosotras hemos atravesado épocas en las que no nos ha apetecido absolutamente NADA. Además, los estudios publicados son tan escasos que es un terreno del que aún nos queda mucho por aprender.

En una sociedad cada vez más sexualizada, ¿cómo se puede vivir siendo asexual? La Red de Educación y Visibilidad Asexual asegura que el 1% de la población lo es. Anthony Bogaert, doctor de la universidad canadiense de Brock, comprobó exactamente lo mismo en su estudio de 2004 (Asexuality: prevalence and associated factors in a national probability sample en el Journal of Sex Research), donde confirmó que el 1% de los británicos pertenecen a este colectivo.

Lo cierto es que en cuestión de sexo nada está escrito. Por eso, como no contamos con un manual mágico que nos solucione nuestros problemas, sé que lo mejor que podría hacer en este momento es seguir mi instinto y hablar con él directamente. ¿Pero por dónde empezar? Por una (buena) comunicación: imprescindible.

 

“No podemos forzarnos a ir en contra de aquello que nos está pidiendo el cuerpo”, explica la doctora y psicóloga Begoña Gómez. “No existen razones para sentirse mal por ello. La forma de liberarse es hablándolo con tu pareja de forma natural y ver entre los dos cómo podéis solucionarlo para sentiros mejor con vosotros mismos y en la relación”.

"La convivencia, el estrés, el cansancio, etc conllevan problemas que afectan a todos los aspectos de la relación, incluida la vida sexual", recoge la experta.



'The Huffington Post' se pregunta si es posible que estemos menos interesados en el sexo porque estamos más enfocados en nosotros mismos... Una orientación que se diferencia del 'celibato' en que éste último es una elección.

Mark Carrigan, experto de la Universidad de Warwick, subraya que no debe confundirse a la asexualidad con un trastorno que provoca una falta de deseo sexual en la gente: "Ha habido muchas investigaciones sobre el trastorno de deseo sexual hipoactivo (o inhibido), que es un trastorno clasificado como de la personalidad".

Photo Of Woman Hugging Her Man

Begoña Gómez expone que, salvo ese 1% que declara vivir en este estado permanente, para el resto "es un estado muy normal" que suele suceder durante épocas concretas de nuestra vida, aunque no siempre tiene por qué, cuando la persona "atraviesa algún tipo de problema, ya sea físico o emocional".

La clave reside en no culpabilizarnos por ello y atravesar ese miedo: "Durante la vida sexual de una pareja suceden diferentes etapas, muchas de ellas inesperadas. La solución al problema siempre pasa por localizarlo y enfrentarlo juntos".

A Couple Having Breakfast On The Floor

Entenderse es primordial: "Es fundamental que nos hagamos una serie de preguntas: ¿Por qué no me apetece? ¿Es porque ya no me gusta nuestra pareja? ¿Es porque nuestra vida sexual es aburrida? Entender lo que nos sucede es la única forma de que el otro comprenda qué pasa y poder trabajar en una solución".

En última instancia, la experta hace hincapié en que depende de cada persona decidir si la etiqueta 'asexual temporal' tiene sentido para ella; y darnos un tiempo prudencial para poder atravesar nuestros miedos o preocupaciones (y reconectar así con nuestra vida sexual). En caso de no encontrar respuestas o no conseguir entendernos con nuestro compañero de cama, lo mejor siempre es recurrir a un profesional. 

Fotos|Pexels

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