María Yuste
Editor SeniorOcho parejas asesinadas en los campos de la Toscana, 17 años de miedo, teorías varias, detenciones fallidas y titulares sensacionalistas. Pero ningún culpable claro. Esas son las claves de la historia de crimen real que Italia todavía no ha podido cerrar y que ahora Netflix ha convertido en una miniserie hipnótica: 'El monstruo de Florencia'. Detrás están dos nombres conocidos por los amantes del thriller: Stefano Sollima y Leonardo Fasoli, responsables de 'Gomorra'. Y aunque aquí no hay mafias ni tiroteos, el terror es más profundo.
El caso que paralizó Italia
Entre 1968 y 1985, la provincia de Florencia vivió una auténtica pesadilla. Parejas jóvenes que buscaban un rincón apartado para estar a solas aparecían asesinadas a tiros. A los hombres los mataban sin piedad mientras que a las mujeres las mutilaban. La prensa bautizó al responsable como "Il Mostro di Firenze" y el mito empezó a crecer.
Durante dos décadas, el “monstruo” se convirtió en una figura casi sobrenatural. La policía siguió docenas de pistas (la más famosa, una que conectaba los crímenes con un primer asesinato ocurrido en 1968) y hubo más de una decena de sospechosos de todo tipo: albañiles, campesinos, amantes despechados e incluso rumores sobre sectas.
Sin embargo, el culpable nunca fue identificado. Esa incertidumbre es justo lo que explora la serie. No se trata tanto de preguntarse quién lo hizo sino de un retrato sobre cómo la sociedad reaccionó ante el miedo y el machismo estructural.
True crime pero con alma de thriller
A diferencia de otros títulos del género, 'El monstruo de Florencia' no busca el morbo ni se recrea en los crímenes. Su fuerza está en el ambiente: esa Italia rural y cerrada de los años 70 y 80, donde el despertar sexual convivía con la represión. Los directores se han apoyado en documentos judiciales reales, evitando inventar o rellenar los huecos con ficción.
El resultado es un relato tenso y cerebral, más cerca del thriller de autor a lo HBO que del true crime sensacionalista de Netflix. La serie avanza entre interrogatorios, errores policiales y personajes grises, todos arrastrados por un sistema patriarcal que tiene sus peores consecuencias en las víctimas.
Cuatro episodios intensos
Cada episodio se centra en un sospechoso distinto del primer crimen (el de Antonio Lo Bianco y Bárbara Locci, en 1968). Ella era una mujer casada y madre que fue asesinada junto a su amante. Su marido, Stefano Mele, confesó el crimen pero luego se retractó. En torno a ese caos, la serie reconstruye las versiones, problemas familiares, celos, abusos y silencios que rodearon el caso.
Un espejo del machismo que sigue vivo
Más allá del crimen, 'El monstruo de Florencia' habla de algo que sigue vigente. Porque lo que late bajo la trama es esa violencia y misoginia enquistada que se manifestaba no solo en los crímenes sino también en los interrogatorios y en la prensa de la época.
Las víctimas femeninas no solo eran asesinadas: eran juzgadas por ser libres, por tener amantes, por desear... Y ahí está la lectura más contemporánea de la serie: la que conecta aquellos asesinatos con los feminicidios que aún llenan los periódicos italianos.
En lo visual, Sollima demuestra por qué es uno de los grandes del noir europeo. Los bosques toscanos se convierten en personajes por derecho propio: húmedos, oscuros, llenos de ecos. No hay sustos fáciles, sino una sensación constante de amenaza, de que algo acecha fuera de campo.
Por qué deberías verla
Porque no hay nada igual en Netflix ahora mismo y, desde luego, es mucho mejor que el despropósito que han hecho con 'Ed Gein'. El monstruo de Florencia combina rigor histórico, atmósfera enfermiza y un pulso narrativo que te obliga a hacerte todas las preguntas de un caso imposible de resolver.
Y también porque, más allá del crimen, es un retrato social potente: el de un país que, en plena modernización, seguía atrapado en una mentalidad medieval. Si te gustaron 'Mindhunter', 'Zodiac' o incluso 'True Detective', esta miniserie podría ser tu plan de fin de semanas. Sus cuatro episodios intensos, densos y visualmente impecables lo merecen,
Fotos | Netflix
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