La falta de sueño afecta profundamente a nuestro bienestar. Prestamos atención a nuestra alimentación a través de una dieta saludable, así como a nuestro estado físico mediante el ejercicio diario, pero cuando se trata de dormir, tendemos a hacer la vista gorda y olvidarnos de ese número de horas que son necesarias para poder evitar el cansancio. De ahí que los horarios irregulares, junto con otros muchos factores, se posicionen como unos de los grandes culpables a la hora de no conciliar el sueño.
Ante esta problemática, el entrenador personal y escritor Craig Ballantyne ha planteado una fórmula viral bajo el nombre 10-3-2-1-0. Un método que apuesta por estar 10 horas antes de ir a la cama sin consumir nada de cafeína, no tomar comida o alcohol 3 horas antes de ir a la cama, dejar todo los relacionado con el trabajo 2 horas antes de acostarse, estar 1 hora antes de ir a la cama sin mirar ninguna pantallas y por último posponer el despertador 0 veces cuando suena por la mañana.
Esta fórmula busca seguir los patrones de productividad, que según las investigaciones científicas aumentan por la mañana, y es que los estudios concluyeron que las personas podríamos ir haciéndonos más pasivas a medida que el sol se va poniendo, además de que las dos horas siguientes después de habernos despejado por completo por la mañana, suelen ser las de mayor progreso y atención. Bien es cierto que no todos los seres humanos se rigen por el mismo reloj, de ahí que existan también personas que son más productivas por la noche.
Otro de los puntos importantes que se trata en esta fórmula es la importancia de no posponer la alarma por la mañana. Y es que según los estudios científicos despertarse y volverse a dormir hace que se inicie y se interrumpa de nuevo el ciclo del sueño, algo que podría ser perjudicial para el propio organismo, de ahí que lo mejor sea levantarse tras el sonido del despertados y afrontar con fuerza un nuevo día.
Prestar atención a las horas de sueño también es de vital importancia para nuestra salud. Según las investigaciones científicas, el rendimiento podría estar directamente relacionado con el número de horas que dormimos. Por ello se recomienda entre 7 y 8 horas de sueño en adultos. Además, como bien se insiste en el método, es importante evitar dejar a un lado las pantallas de los móviles o televisiones para poder conciliar el sueño de una forma más rápida.
Fotos | Meruyert Gonullu en Pexels, Vlada Karpovich en Pexels
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