'Zero Waste para chicas con prisas', un libro que explica todo lo necesario para una vida sostenible aunque no tengas tiempo

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Probablemente, te suene de haberlo visto en redes pero el residuo cero es mucho más que hashtags en Instagram, tarros reutilizables monos y bolsas de rejilla para la fruta. Se trata de una filosofía de vida cuyo objetivo es reducir al máximo todos los residuos que generamos, que son muchos más de los que vemos. Y es que, aunque los responsables de la contaminación no seamos los ciudadanos de a pie sino las megacorporaciones, el movimiento zero waste considera que algo sí que hay algo que podemos hacer como individuos.

Claudia Barea, experta en moda sostenible y filosofía Zero Waste, y la ilustradora Georgina Gerónimo han unido fuerzas para ayudar de forma sencilla y colorida a todo aquel que quiera sumarse a la causa pero no sepa por dónde empezar o no tenga mucho tiempo para ponerse a cambiar sus hábitos.

Pensar en combatir el cambio climático desde casa puede sentirse muchas veces como una lucha tipo David contra Goliath o como Don Quijote y los molinos de viento. Sobre todo, cuando en el supermercado miramos para abajo y vemos el carrito de la compra lleno de plásticos, no podemos resistirnos a comprar ese vestido tan mono a pesar de tener el armario lleno  o habernos propuesto no pedir comida a domicilio pero estar de resaca...

No obstante, Zero Waste para chicas con prisas defiende que los consumidores podemos ser agentes directos de cambio a pesar de no tener una estructura que nos apoye. Eso quiere decir que, actuando de manera diferente, el mercado tendrá que adaptarse a nuestra nueva manera de consumir. O como dice otro hashtag: #pequeñosgestosgrandescambios.

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De este modo, el libro de Gerónimo y Barea actúa de guía para ayudarnos a dar los primeros pasos hacia una vida zero waste. Eso es avanzando en nuestro día a día de manera gradual y escogiendo en qué ámbito queremos aplicar los cambios: ¿tal vez en el armario?, ¿solo en la dieta?, ¿quizá en los desplazamientos?… Todo depende de cuáles sean nuestras posibilidades para marcarnos un reto asumible.

Por ejemplo, si vives en un sitio en el que no hay tiendas donde comprar a granel o no le venga bien a tu presupuesto mensual comprar una pasta de dientes sólida por la diferencia de precio, puedes centrarte en otros retos. No se trata de adoptarlo todo o nada, podemos escoger solamente aquellos hábitos que podemos asumir. De lo contrario es muy probable que nos frustremos y acabemos abandonando.

La guía empieza con un test para diagnosticar desde qué punto partimos y después repasa con muchos dibujos y texto directo, desde cómo equipar cada habitación de nuestra casa, hasta qué tenemos que llevar fuera de ella, pasando por el "método del armario cápsula" para ordenar, cómo organizar un evento sin residuos, hacer regalos sostenibles o aprender a gestionar la "ecoansiedad"...

Incluso si no podemos evitar comprar en un supermercado porque nuestros horarios son muy ajustados, las chicas nos enseñan a hacer una compra sostenible en una gran superficie.

Es decir, que si uno de tus propósitos en la lista de año nuevo era ser más respetuosa con el medioambiente pero has llegado a mediados de 2021 sin saber por dónde empezar, este manual puede ser una muy buena puerta de entrada.

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Cómo empezó todo

En 1985, la californiana Bea Johnson se convirtió en la impulsora de un movimiento que hoy tiene adeptos por todo el mundo. Motivada por dejar un mundo mejor a sus hijos, se marcó como meta que todos los residuos que generara su familia en un año cupieran en un bote de 200 mililitros. Para ello, estableció las normas de las cinco erres: "Rechazar" aquello que no necesitas, "reducir" la cantidad de cosas que tienes, "reutilizar" y comprar de segunda mano, "reciclar" lo que necesitas y descomponer ("rot" en ingles) o compostar todo lo que sea posible.

Desde luego, pensar en acumular todo el plástico de un año de buenas a primeras parece imposible. No es algo que pueda conseguirse de un día para otro, así que se trata de dar pequeños pasos hacia esa vida más sostenible y con menos residuos. Podría decirse que empezando de cero hasta alcanzar el cero.

Zero waste para chicas con prisas

Fotos | Zenith

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