La nueva arma secreta de Starbucks conquista a hombres y atletas por igual: su "proffee" se mete de lleno al mercado de los alimentos con proteínas

Como si no fuera suficiente el convertirse en parte del día a día de muchas personas que buscan un sorbo de energía cada mañana. Starbucks ha encontrado una forma muy efectiva de colarse en las rutinas de muchos hombres y deportistas con su nueva bebida: el ahora famoso y viral "proffee": café con proteína. 

Lo que empezó como un trend donde los usuarios añadían polvo de proteína al café para llevarse un chute de energía y músculo ahora tiene a la cadena replicándolo a escala industrial, y viene acompañado de toda una oleada en la industria de los alimentos proteicos donde, lo que ha pasado de ser un truco de gimnasio en TikTok ahora es una oferta oficial en su menú. 

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El mercado global de suplementos de proteína está creciendo a un ritmo muy notable. En 2024 se estimaba que el tamaño del mercado era de unos 28 a 30 mil millones de dólares y se proyecta que alcanzará los 55 mil millones hacia 2032 y 2035, según distintos informes de la industria.

Este crecimiento se debe principalmente a que cada vez más personas jóvenes (adolescentes, veinteañeros) adoptan estilos de vida fitness, buscan rendimiento deportivo, recuperación tras entrenamientos, pero también estética corporal. Las presentaciones en polvo, barras, "shakes" listos para beber y fórmulas enriquecidas ganan terreno sobre los formatos tradicionales.

No es sorpresa de nadie que los jóvenes y adolescentes sean el principal mercado de este tipo de productos. Por ejemplo, un estudio demostró que alrededor del 10-11 % de los adolescentes encuestados en Sevilla consumen suplementos proteicos, lo que refleja tanto la popularidad como los riesgos potenciales si no se hace con criterio.

Hombres y deportistas: su objetivo principal

La mezcla de cafeína y proteína encaja precisamente con dos cosas que buscan muchos hombres y quienes entrenan: energía rápida y recuperación/saciedad sin complicaciones. Además, el formato de una bebida atractiva con un nombre formulado para ser casi hipnótico (porque no puedes pedir un cold foam latte con protein-boosted milk sin sonar pretencioso) queda bien en vídeo y fotos: es estético, fácil de personalizar y al compartirse en Instagram y TikTok multiplica el efecto viral de la marca y el estatus del usuario, una relación ganar-ganar para todos.

Más allá de Starbucks, la industria alimentaria lleva tiempo subiendo la apuesta por lo "proteico": desde yogures y barritas hasta leches y alimentos preparados enriquecidos. Las ventas y la atención mediática han crecido de forma notable y las marcas están lanzando productos que prometen funcionalidad (saciedad, recuperación muscular) y conveniencia. Que una marca global como Starbucks se suba a esta ola confirma que la proteína dejó de ser nicho y se ha vuelto mainstream: la fórmula del bienestar disponible para todo mundo.

La gran pegunta es: ¿ha llegado a España la bebida? Pues sí: no es solo un fenómeno estadounidense. Starbucks ya comercializa bebidas de café con proteína en mercados internacionales y existen referencias de productos listos para la venta en España, por ejemplo en la web de Starbucks Chilled Coffee se pueden encontrar detalles de sus bebidas de café con proteína en un formato para tenerla guardada en la nevera.

Aunque muchos nutricionistas reconocen que añadir proteína al café puede ser una forma práctica de subir la ingesta proteica, advierten de no usar estas bebidas como sustituto crónico de comidas completas ni de ignorar el contenido calórico o de azúcares ocultos en ciertas preparaciones. 

Para el consumidor esto supone más opciones rápidas y estéticas para complementar la dieta, sobre todo para los que entrenan o buscan controlar la ingesta proteica. Para el mercado, significa que la proteína seguirá creciendo y sabemos ya que atraerá campañas, influencers y más lanzamientos de productos listos para llevar. 

Al final del día, si te mola el rollo "funcional" y estás al tanto de lo que comes, es una opción cómoda; si no, tampoco pasa nada por seguir pidiendo tu café de siempre.

Foto de Canva | Starbucks

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