Gökhan Polat, traumatólogo: "Existe un mito muy extendido: 'Si no duele, no funciona', pero no es del todo cierto"

¿Dolor después del ejercicio? Esto dice un experto: podría ser crecimiento... o una lesión

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Joel Calata

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Sentir dolor después de entrenar es casi un ritual para quienes comienzan en el gimnasio o para quienes deciden subir la intensidad de su rutina. Pero, ¿qué tan normal es ese dolor? ¿Es una buena señal de que el cuerpo está “trabajando”? ¿O podría ser una advertencia de que algo va mal? El traumatólogo y especialista en medicina deportiva, Gökhan Polat, ofrece respuestas claras a estas preguntas.

De acuerdo con Polat, el dolor post-ejercicio suele estar relacionado con el fenómeno conocido como DOMS (siglas en inglés de 'Delayed Onset Muscle Soreness'), o en español, dolor muscular de aparición tardía. Este tipo de molestia aparece entre 12 y 48 horas después de haber realizado un esfuerzo físico inusual o especialmente intenso muy común tras rutinas nuevas, entrenamientos de alta exigencia o incluso después de volver al gimnasio tras un largo descanso.

Según explica, el origen de este dolor está en microlesiones musculares y procesos inflamatorios locales. No se trata de un daño permanente, sino de un efecto colateral del crecimiento muscular. En palabras de Polat, "este tipo de dolor no suele ser perjudicial y, con un entrenamiento constante, el cuerpo se adapta y se reducen los dolores futuros".

¿Cómo identificar un dolor normal del que no lo es?

Aunque el dolor muscular puede ser una señal de progreso, no todo tipo de molestia debe ignorarse. El doctor Polat advierte sobre ciertos signos de alerta que podrían indicar una lesión más grave:

Si el dolor que persiste más de 72 horas o se intensifica con el tiempo, o comienza con una molestia aguda, punzante o localizada de forma intensa puede ser un síntoma de alarma para los que se ejercitan con mucho peso. Además, si el dolor aparece incluso en reposo o durante el sueño, es también una señal, ya que el estado de descanso debería ser un lapso de recuperación muscular y no de molestia.

En cuanto a los síntomas físicos, son la hinchazón, el enrojecimiento o la sensación de calor en la zona afectada los que requieren especial atención, y acerca del funcionamiento del músculo o de la movilidad, la disminución de la fuerza o el rango de movimiento son también puntos importantes a considerar.

Uno de los mitos más extendidos en el mundo del ejercicio es que "si no duele, no sirve". Gökhan Polat desacredita esta idea: el dolor no siempre es un indicador de efectividad. A medida que el cuerpo se adapta al entrenamiento, es común que el dolor muscular disminuya, lo que no significa que el progreso se detenga, por lo que, cuando de ejercicios físicos hablamos, la progresión del rendimiento está más relacionada con la constancia, la sobrecarga controlada, el descanso y una alimentación adecuada que con la intensidad del dolor.

En conclusión, el dolor tras el ejercicio puede tener múltiples significados. Puede ser una reacción natural al esfuerzo y un signo de crecimiento muscular, pero también puede ser un aviso de que el cuerpo ha sido sobreexigido o de que hay una lesión en desarrollo. 

Para Gökhan Polat, lo esencial es escuchar al cuerpo, no ignorar los síntomas que no encajan con el dolor muscular normal y saber cuándo es momento de descansar o buscar atención médica.

Foto de drgokhanpolat.com

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