Correr puede liberar la mente, pero no siempre la protege. La ciencia afirma que los maratonistas tienen más riesgo de desarrollar un trastorno

Un análisis psicológico en corredores de élite sugiere que la pasión por las largas distancias podría tener un costo emocional

Correr Puede Liberar La Mente Pero No Siempre La Protege La Ciencia Afirma Que Los Maratonistas Tienen Mas Riesgo De Desarrollar Un Trastorno
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
joel-calata

Joel Calata

Editor

Cuando de deporte hablamos, correr es una de esas actividades que genera imágenes poderosas: atardeceres en ruta, el sonido rítmico de las zapatillas al golpear el asfalto, la sensación de que el mundo se aclara, una actividad que, para mucha gente, ponerse las zapatillas y salir a trotar funciona como un lavado de mente, una manera de liberar tensiones, ordenar ideas y desconectar del caos del día a día. 

Aunque múltiples estudios han confirmado que correr de forma regular puede estar asociado a estados de ánimo más positivos y niveles menores de estrés en la población en general, el hecho de que correr "haga bien" no significa que sea un salvavidas emocional infalible, ni que quienes corren muchísimo estén a salvo de problemas mentales.

Contrario a lo que muchos puedan pensar, quienes acumulan decenas o incluso centenares de carreras de 42 kilómetros no siempre disfrutan de una mente a prueba de balas. Un artículo del Trinity College Dublin junto con la WSB Merito University entrevistó a 576 corredores, el 56% de ellos hombres de 22 países, con una media de 146 maratones completadas por persona, y encontró que estos "ultrarunners" registraban puntuaciones más elevadas de síntomas de ansiedad y depresión que una muestra de la población general, por lo que el participar en maratones de forma continua sería un gran revés para la salud mental.

¿Por qué correr mucho afecta?

Hay que recordar que correr aporta mucho: mejora la circulación, genera endorfinas, fortalece cuerpo y mente, permite desconectar. Esa parte de "liberar la mente" funciona muy bien cuando correr se integra como uno más de los recursos personales de bienestar. 

Pero cuando la práctica se convierte en algo extremo con entrenamientos exigentes, presión de logro, lesiones, expectativas propias o ajenas, el riesgo psicológico incrementa: aunque los niveles medios de depresión y ansiedad estaban por debajo de las categorías clínicas en el estudio realizado, aún así eran significativamente mayores que los valores esperados en la población de referencia.

Además, ese mismo trabajo identificó que un 8 % de los participantes entraba dentro de una categoría denominada "depresión severa y alta ansiedad", superando los puntos de corte clínicos usados para detección de estos trastornos. Esto indica que, aunque no sea la mayoría, sí hay un subgrupo de corredores que está en riesgo real

Esto indica que, aunque no sea la mayoría, sí hay un subgrupo de corredores que está en riesgo real: los hombres de mayor edad tendían a reportar niveles de ansiedad más elevados, en parte por las exigencias de esta disciplina, sumado a regímenes de ejercicio y alimenticios que también alteran su salud mental.

Correr puede liberar la mente, sí, pero no es garantía de protección mental automática: cuando la actividad física deja de ser solo un disfrute y empieza a convertirse en una obligación, es justo en ese momento cuando aparecen grietas que nos hacen darnos cuenta de que la salud mental exige atención al igual que los músculos, los kilómetros o las pulsaciones.

Foto de Quino Al en Unsplash

En Trendencias | Engaña a tu cerebro para ganar fuerza: éste es el método que permite entrenar sin sudar y ganar músculo al mismo tiempo

En Trendencias | Una taza de café funciona tanto como la proteína: nuevos estudios confirman que la cafeína mejora la potencia muscular

Inicio