Con esta receta, Joseba Arguiñano demuestra que es digno heredero del legado culinario de su famoso padre. Se trata de un plato en el que se hace patente que la sencillez también puede tener mucho sabor. El secreto está en el ajo y la cebolla en polvo, dos ingredientes humildes pero que son la clave de toda la intensidad de la preparación. Además, sin robarle frescura. Berenjenas asadas lentamente, garbanzos y un sofrito sencillo se combinan en una propuesta tan saludable como reconfortante. Una cena fácil, con alma casera pero con sello de chef.
Lo primero de todo es pinchar nuestras berenjenas (previamente lavadas) con un cuchillo por todas partes. Después, las colocamos enteras en una bandeja de horno y añadimos un chorro de aceite de oliva virgen extra por encima.
Horneamos a 200º durante 40 minutos y, transcurrido este tiempo, las retiramos del horno. Una vez se hayan templado, toca pelar y picar bien el interior. A continuación, calentamos una sartén con el aceite y el jugo que hayan soltado las berenjenas (todo ese sabor no se puede desaprovechar).
Añadimos las berenjenas picadas y sazonamos con una pizca de sal, y añadimos el ajo, el pimentón, la cebolla y la salsa de tomate. Removemos todo bien para que quede bien integrado y dejamos que se cocine a fuego medio por unos cinco minutos.
Después, incorporamos los garbanzos, un poco de sal y perejil picado, y dejamos que se cocinen otros cinco minutos más. Por último, solo nos queda emplatar, echar un chorrito de aceite por encima y dar el toque Arguiñano con unas hojas de perejil.
Así de fácil y con el mínimo esfuerzo tenemos listo un plato sencillo, completo, nutritivo y que lo mismo nos resuelve una comida que una cena.
Foto de portada | martin becker
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