Los huevos son un ingrediente que nos encanta porque resulta tremendamente versátil en la cocina, incluso para quien no es demasiado hábil entre fogones. Hoy te traemos una receta clásica española, que es que es un plato perfecto para que comamos pescado sin darnos cuenta porque llevan un relleno de bacalao la mar de vistoso. Y aunque podemos hacerlo aún más top añadiendo langostinos o gambas al relleno, lo cierto es que la receta tradicional no lo necesita. Solo con el bacalao están para mojar pan.
Una cena alta en proteínas y llena de nutrientes que se convertirá en tu favorita en cuanto la pruebes. Y lo mejor es que puedes dejarla hecha de antemano y a la hora de la cena, solo gratinar en el horno para que estén listos estos huevos a la donostiarra.
Para elaborar la receta lo primero será cocer los huevos en agua hirviendo durante 12 minutos. Un truco: añade los huevos con una cuchara cuando el agua rompa a hervir y no antes, y mejor si los añades de la nevera y sin atemperar. El choque térmico nos ayudará a que se cuezan mejor, con una clara firme pero no gomosa. Una vez cocidos, cortamos la cocción con agua helada y reservamos.
Vamos a ir preparando el relleno picando ajo, cebolla, zanahoria y el perejil. En una sartén rehogamos ajo y cebollas picadas durante cinco minutos y después añadimos la zanahoria y dejamos que rehogue 10 minutos más. Ahora añadimos las migas de bacalao desalado y el perejil picado, y sofreímos todo junto un par de minutos. Rectificamos de sal y añadimos un poco de pimienta, y dejamos enfriar esta farsa mientras vamos pelando los huevos. Una vez pelados cortamos a la mitas de forma longitudinal y reservamos las yemas.
Vamos a hacer una salsa bechamel básica calentando la mantequilla en una sartén. Cuando se funda agregamos la harina y removemos hasta que se forme una pasta que coceremos un par de minutos para quitarle la crudeza a la harina. Ahora vamos a añadir la leche poco a poco y sin dejar de remover para que no se formen grumos, salpimentamos, añadimos nuez moscada y dejamos que cueza a fuego suave unos 15 minutos.
Mezclamos la farsa con un par de cucharadas de bechamel y le añadimos las yemas de huevo que teníamos reservadas. Movemos y rellenamos las claras con esta mezcla, como en los huevos rellenos más clásicos. Colocamos en una fuente apta para horno con la farsa hacia arriba y echamos la bechamel para que nape los huevos y los cubra. Añadimos queso y horneamos hasta que se dore a unos 200º. Ahora ya podemos disfrutar de un platazo.
Este clásico de la cocina vasca es un entrante perfecto para una comida especial, pero puede ser una cena alta en proteínas ideal si lo acompañamos de una ensalada, una crema de verduras o unas verduras asadas. Si queremos aligerar el plato, podemos hacer una bechamel más ligera (que además es sin gluten).
Fotos | Directo al Paladar
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